1. La esclava sin Ama


    Fecha: 19/05/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Era ya tarde cuando Carolina regresó del trabajo y entró en su apartamento… Ella trabajaba en marketing y tenía un buen sueldo… A pesar de ello vivía en un apartamento de una habitación, casi vacio de muebles.
    
    Y así era desde que se había convertido en esclava por decisión propia… Con esta premisa, no había razón para que ella tuviera comodidades por encima de las necesidades estrictamente básicas.
    
    Ella tenía 33 años, de pelo castaño y color de ojos azulados que no sabía definirlos porque debido a un problema visual, quedó invidente… Medía 175 cm y pesaba 64 kilos… Con el tiempo había aprendido a vivir en la oscuridad total y también a disfrutar al máximo del sexo... Un sexo muy especial, que la excitaba de sobremanera.
    
    Tan pronto como cerró la puerta detrás de ella, se desnudó y se arrodilló… Caminar como una persona sólo podía hacerlo en público, al igual que usar ropa.
    
    En una pequeña mesa al lado de la puerta estaban los accesorios que debía llevar en casa: un collar de perra, una mordaza de pene con anillo incorporado, un tapón anal grande y un consolador tachonado que la intimidaba nada más tocarlo por las dimensiones que tenía.
    
    Carolina acarició el tapón y el consolador… Antes de ponérselos tenía que quitarse los que usaba cuando iba a trabajar... Recordaba que estos le parecieron grandes cuando se los compró, pero a estas alturas los llevaba muy cómodos... Sabía que pronto tendría que comprar otros más grandes.
    
    Con un chasquido, sacó el tapón y se ...
    ... lo puso en la boca para limpiar el jugo del culo y los restos de la salsa picante con la que lo embadurnaba cada dos horas… Se sentía extraña no tener taponado el culo y se apresuró a ponerse el tapón que usaba en casa, utilizando una crema irritante que compró en la farmacia antes de volver a taponarse el culo, por tener un tamaño bastante grande y así no le costase poderselo meter por el culo.
    
    Después de usar el tapón más pequeño todo el día, ahora se sintió muy llena… A continuación se soltó las pinzas de cocodrilo que llevaba en los labios de su coño y que sostenían el consolador en su lugar… Mientras limpiaba los jugos con su lengua, casi sonreía al recordar lo pequeño de tamaño que era cuando comenzó a metérselo en el coño y cómo lo ha ido cambiándolo con el tiempo.
    
    Carolina lubricó el consolador con la misma crema irritante y usó de nuevo las pinzas de cocodrilo para cerrar los labios vaginales y retener el consolador… A pesar de que era una rutina diaria estirar los labios, su gran consolador se marcaba en su abdomen, cuando pasó su mano por él.
    
    Respiró hondo cuando la crema irritante comenzó a actuar y sus agujeros comenzaron a arder... Se limpió el exceso de crema en los pezones y caminó a cuatro patas hacia el interior de su apartamento.
    
    Como hemos dicho antes, su apartamento estaba casi vacío... Tenía un armario para la ropa que tenía que usar en público, una mesa con un ordenador, varias bolsas y cajas para poner los utensilios de tortura que usaba en ...
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