Mi nuevo esclavo (Cap. 4): Mi esclava en potencia - Relatos Eróticos

Mi nuevo esclavo (Cap. 4): Mi esclava en potencia

Pronto llegó la nueva perrita con mi desayuno para servirlo, mientras lo hacía cambie la orden para que en vez de besar mis divinos pies me estuviera abanicando ya que comenzaba a subir la temperatura. Ella trajo un abanico elegantemente fabricado de pluma de ganso con el cual me mantuvo fresca mientras que yo desayunaba. Mientras tanto pregunté ¿perrita estos días que has tenido de entrenamiento has aprendido o tienes alguna duda al respecto?

Ella respondió “solo una duda señora” ¿cómo es que usted con una vez que me dice las cosas yo siento que debo hacerlo mientras que en mi casa a mi marido le da risa y me ignora? Le respondí diciendo yo te digo cosas que pueden ayudarte en tu matrimonio, sin embargo en tu casa no te funcionan porque tu marido ya no te toma enserio y solo te ve como un adorno, en cambio yo quiero hacerte una mejor persona; ella me respondió “es verdad señora, con lo que usted me ha ordenado, mi autoestima ha crecido notablemente, en cambio con mi marido al reírse de mí me hace sentir una basura. Me dio risa su respuesta porque yo sabía que siendo sumisa su carácter se contrapone con su deseo y es ahí donde fracasa siempre; sin embargo contuve la risa fingiendo que me importaba su fracaso en la dominación.

En ese momento fue que aproveché su debilidad para ofrecerle mudarse a mi casa y así poder ella crecer como esclava mientras que yo gozaba de su servicio incondicionalmente a mis pies, exclamé ¡NO TE GUSTARÍA MUDARTE!, ella preguntó ¿mudarme con ...

... usted señora?, aproveché respondiendo “tu marido no te toma en serio y estando conmigo te sientes útil, valorada y estas aprendiendo cosas que antes ni siquiera hubieras sabido hacer.

Ya mi nueva e ingenua esclava me contestó tiene usted razón mi señora, eso haré hoy mismo, si me permite retirar para traer mis cosas se lo agradeceré mucho, le respondí no hace falta perrita mía, si te apura traer tus cosas te puedo invitar a liberarte de esa prisión que llamas ropa de calle y que con gusto te quitas para que el tonto de tu marido disfrute de tu belleza, aquí conmigo no tendrías necesidad de usar ropa y sentirte hermosa cada día, así que si gustas ya no regresar allá por mi no hay ningún inconveniente.

Mi nueva perrita sin yo decirle nada más se arrodilló para besar mis pies y así agradecer la oportunidad de liberarse del patán de su marido, enseguida dijo “mi señora le agradezco este nuevo inicio de vida y le ofrezco mi entera lealtad, obediencia y respeto en todo lo que usted disponga.

Al momento de escuchar lo que ella misma ofreció pregunté ¿estás hablando enserio o solo deseas quedar bien conmigo?, ella dijo “sí mi señora esto es totalmente enserio, mi marido puede irse al carajo desde hoy”; al escuchar eso le dije entonces ahora que termine de desayunar te quitas esa ropa que de nada te sirve aquí y te pones a lavar lo que utilizaste para preparar mi desayuno y después trapeas y al terminar me avisas. Mi nueva esclava y desde ahora ex amiga me respondió “Así será ...