1. Dejándose seducir por una amiga de su hija


    Fecha: 01/05/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... Quique, te cuento y después me respondes.
    
    Mi nombre es Balbina, soy una mujer de 39 años, morena, alta, con el cabello negro y largo, labios carnosos y un cuerpazo... Estoy para comerme y repetir, pero mi marido es un flojo y paso más ganas de follar que una quinceañera. Tengo una hija que se llama Ester. Estudia en un colegio de monjas y tiene una amiga que se llama Carolina que a veces se queda a dormir en mi casa. Carolina es una joven rubia, de 18 años, más alta que yo, de ojos azules, tiene las tetas grandes, buen culo, caderas anchas y cintura estrecha. Mi marido es guardia municipal y la noche de verano de la que te voy a hablar trabajaba en el turno de noche, pero cómo dices tú, vamos al turrón... Pasaba de las dos de la madrugada. Yo estaba tomando un refresco de limón con unos cubitos de hielo, lo tomaba sentada a la mesa de la cocina, descalza, vestida con una enagua y sin bragas, ya que con el calor que había me sobraba todo. Llegó Carolina y me preguntó:
    
    -¿Quedan más refrescos, Balbina?
    
    -Sí, coge uno en la nevera.
    
    Carolina que llevaba puesto un short azul y una camiseta blanca donde se marcaban sus puntiagudas tetas, cogió un refresco de cola en la nevera, se sentó a la mesa enfrente de mí y dijo:
    
    -Hace un calor espantoso.
    
    -Hace, y lo peor es que no corre ni una brizna de aire. A mí hasta me suda el...
    
    No acabé la frase, pero iba a acabarla Carolina.
    
    -El chichi. Yo también lo tengo mojado, pero es por otra cosa.
    
    -¿Qué ...
    ... cosa?
    
    -Tuve un sueño húmedo.
    
    Con voz dulce le pregunté:
    
    -¿Quién estuvo en tus sueños, picarona?
    
    -Tú.
    
    La respuesta no me molestó, le dije:
    
    -Joder, tienes la cabecita loca, Carolina.
    
    -¿No la tenemos todas un poco loca?
    
    -Yo, no, pero bueno, los sueños no se eligen.
    
    -No, pero cuando son cómo el que tuve...
    
    Salió la curiosa que llevó dentro.
    
    -¿Te corriste?
    
    Carolina se levantó, bajó el short hasta las rodillas, y vi su pequeño coño con vellos rubios, pasó dos dedos por él, los sacó pringados de jugos, me los enseñó, los chupó y después me dijo:
    
    -Si, me corrí en tu boca.
    
    Sentí cómo se me mojaba el interior de los muslos de las piernas e instintivamente las apreté. No podía entrar al trapo, aún no, le di cuerda para que se fuese ahorcando ella sola.
    
    -Vamos a dejar el cuento, no sea que te hagas ilusiones... Yo soy una mujer decente.
    
    Carolina se levantó los pantalones y tapó su coño, vino junto a m, se puso a mis espaldas y con voz melosa me dijo:
    
    -¿Quieres saber lo que me hiciste en el sueño?
    
    -No.
    
    -Solo cómo empezó el sueño.
    
    -¿Si es solo eso?
    
    Carolina me levantó los brazos, me olió la axila izquierda, y me la lamió. Sentí cómo se me mojaban más los muslos, pero le dije:
    
    -Quita, guarra.
    
    Me lamió la axila derecha y el coño me comenzó a picar. Si la dejo seguir ya me veo rompiendo la enagua, cogiendo su cabeza y empotrándola entre mis piernas, así que la corté.
    
    -Ya está bien, Carolina, estás salida, carajo.
    
    Carolina me echó ...
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