1. Las cuatro esclavas (Cap. 4): Fin de entrenamiento y entrega


    Fecha: 17/04/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos

    Al día siguiente mis esclavas bajaron de la habitación panoramica a las entrenadas próximas a convertirse totalmente en unas perras falderas, al despertarlas, las perras les besaron los pies como ya era costumbre a sus entrenadoras para saludarles y agradecer el tiempo que les dedicaban cada día. Ese día fue como cualquier otro en cuanto, sin embargo esa semana las perras aprenderían y se acostumbrarían a estar totalmente desnudas.
    
    Las inutiles ya se habían acostumbrado al trabajo rudo y a las interminables horas obligatorias o incluso a no dormir si había evento social, pero ahora iban a experimentar una nueva humillación, estar trabajando en total desnudez exhibiendo sus carnes las 24 horas del día, ya que al ser esclavas, el uso de la ropa no lo tienen permitido.
    
    Ese día cumplieron todas sus tareas segun se las iban ordenando, pero ese día se sentían totalmente avergonzadas por estar siendo exhibidas sin poder negarse, ya que de lo contrario les iban a torcer el brazo. Cuando habían pasado ya tres días su vergüenza al igual que su voluntad propia se habían esfumado. Había llegado el momento de ser entregadas y que empezaran su nueva vida como esclavas a los pies de su propia madre.
    
    Al día siguiente ordené a una de mis lamebotas me trajeran el celular para llamar a mi clienta (madre de las nuevas esclavas) apenas me tomó la llamada le deje en claro que sus nuevas esclavas estaban listas para ser entregadas, así que solo tenía 30 minutos para llegar por su ...
    ... paquete; ella dijo que en ese instante no podía recogerlas por estar en la oficina, le deje en claro que si no llegaba en 30 min aun cuando fueran sus hijas, las entregaría a otra de mis clientas, fue entonces que su madre aceptó estar en el tiempo estiulado por mi
    
    A los 25 minutos se escuchó el sonido del timbre, curiosamente su madre si tuvo tiempo de ir a recogerlas o como se dice vulgarmente “EL MIEDO NO ANDA EN BURRO”.
    
    Le recordé que a mi reino todas mis clientas llegan hasta mi trono caminando a cuatro patas y besandome los pies para saludar si es que desean que les entregue las mercancias previamente pagadas. Dejando las condiciones en claro, la clienta no tuvo otra opción más que llegar a mi trono y besar mis pies para la entrega correspondiente.
    
    Le dejé en claro a mi clienta que para yo entregarle su paquete ella tenía que aceptar primero estar a mis pies haciendo lo que yo disponga en su momento también, acudir a mis llamados sin importar el día ni la hora teniendo que presentarse en un lapso no mayor de 30 minutos empezando a correr el tiempo justo al terminar la llamada
    
    En el instante que la clienta se arrastró y humilló fue más que obvio que había entendido las reglas del juego en la que por obvias razones su Alteza siempre tenía la carta ganadora al tener en mis manos la mercancía, y en caso de no aceptar, tendría que acusarla de esclavizar a su familia, mi clienta no tuvo otra opción más que agachar la cabeza y decir “SI ALTEZA”.
    
    Una vez aclarada y ...
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