1. La tercera jaula


    Fecha: 05/03/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: morvocita, Fuente: CuentoRelatos

    Laura despierta, su celda se tiñe de una tenue luz rojiza. Se estira sintiendo como cada músculo de su cuerpo desnudo intenta volver a la rutina, sus brazos están fríos por el aire de la mañana cosa que también parece hacer efecto en sus pezones que se dejan notar bajo las sabanas a medida que resbala por sus pechos, luego su vientre, hasta caer el pliegue de la tela sobre sus muslos dejando una sensación cálida en su pelvis irritada por los juegos de la noche anterior.
    
    Pero sentir aquel ardor en sus labios le encanta, le recuerda todo lo que él le hizo anoche.
    
    Una sonrisa de satisfacción un tanto picara azota su rostro repentinamente mientras sus ojos contemplan su cuerpo marcado por los deseos concedidos a su amo, sus manos como por propia voluntad deciden reconfortar sus pezones.
    
    Los pezones de Laura emanan calor, un calor corporal que la fría mañana no supo quitar a pesar de aliviar un poco el ardor de los golpes.
    
    Sus pezones disfrutan de sus dolorosas caricias.
    
    La piel irritada y rojiza, las marcas obscuras que han dejado las succiones, las finas líneas de los arañazos recuerdan el placer que sintió anoche, cuanto disfruto de aquellos azotes, como se retorció de dolor mientras la humillaban tratándola como un animal, como una cosa para usarse, sin valor ni moral.
    
    Recordar eso la éxito, siente como se calienta su irritada y maltratada entrepierna, sus labios se sensibilizan aún más y de su interior comienzan a fluir sus jugos. Ella sabe que no ...
    ... debe tocarse, que ese cuerpo ya no le pertenece, sabe que si no obedece ya no podrá disfrutar de los tratamientos de su dueño.
    
    Un sonido conocido aumenta su libido, su sistema reacciona al igual que un perro cuando escucha la llegada del dueño y sabe que le darán de comer, su vagina se humedece aún más y siente una irritación que intenta desesperadamente confortar apretando sus muslos con sus manos acercándose lo más posible a su deseosa cavidad.
    
    Mira hacia la puerta de su hábitat con expectativa, esperando que aquella masculina figura la elija una vez más, ella sabe que no es la única, sabe que debe esperar su turno de complacer a su dueño, pero no sería la primera vez que la elije seguidamente.
    
    Escucha los pasos fuertes y contundentes sobre la madera del pasillo, y se imagina las botas, la presión de las pisadas, las mismas que hubiera sentido en su rostro hace unas horas.
    
    Su cuerpo tiembla, en parte por el cansancio en sus músculos, cansancio por mantener durante horas la misma posición mientras atrapado entre ataduras esperaba su recompensa por ser obediente.
    
    En su cabeza las imágenes de anoche desquician su mente, presiona sus piernas y fuerza sus nalgas intentando contener su excitación húmeda y cálida que empieza escurrir desde sus labios hacia su ano sus latidos se aceleran y casi sin querer entre su respiración exaltada se escapa un gemido.
    
    Los pasos fuera de la habitación se detienen.
    
    Detrás de la puerta se oye un girón de la llave en la ...
«1234»