Lolitas
Fecha: 01/06/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... de caricias perfectas en esa zona, la fuerza que había que aplicar y la manera en que había que hacerlo, por eso Sandra se encontró sumida en un placer enteramente nuevo, que a duras penas le dejaba rastros de cordura, otra vez estaba gimiéndole a su amiga que por favor no se detuviera.
Unos instantes después, Sandra continuaba sobre Camila pero esta vez con un vaivén rítmico que simulaban un coito heterosexual, sin pensarlo dos veces y presa de una brusquedad repentina, Sandra haló la blusa de su amiga desde su posición y alcanzó a arrancar algunos botones, una vez la quitó fue por el sostén que terminó también en el piso y desde su ventajosa posición acarició los pezones de su amiga, aplastándolos suavemente y observando como regresaban a la normalidad, Camila se excitó más y se puso de pie nuevamente, empujando súbitamente a su amiga la llevó hasta la pared, recostándola firmemente, impidiendo que se moviera y la rodeó con las manos para tomar la falda, que calló sin problemas cuando estuvo suelta, se quitaron los zapatos y sin saber cómo -la excitación no permitía separarse de sus tetas y sus labios- las medias también.
Sandra alzó la falda de su amiga y tomó las bragas, hizo el amague de Bajarlas pero las dejó en su posición, tocándole el culo y el pubis a su amiga, ésta pedía desesperadamente que la despojara de la prenda pero Sandra se había percatado que cuando hacía esperar a su amiga ésta respondía más violenta y consecuencialmente más excitada que de ...
... costumbre, así que siguió con el jueguito del amague por dos o tres veces más, en que sin soportarlo Camila abrió los ojos, se despejó un poco y autoritariamente ordenó a Sandra que la desnudase, ésta obedeció sólo en parte, le quitó la tanga pero le dejó la falda y empujó a su amiga de nuevo hasta la mesa del computador donde la apoyó de nuevo en la impresora, le hizo abrir las piernas apoyándolas inteligentemente en lugares estratégicos y se agachó sin preámbulos hundiendo la cabeza en la mojada y hambrienta entrepierna de su amiga.
Las oleadas de placer iban y venían sin descanso, ella trataba de mantener el equilibrio, difícilmente separó una mano de su apoyo -la CPU- y la llevó a la cabeza de su amiga empujándola con el fin de asegurar la permanente y placentera labor en su clítoris.
Camila empezó a temblar, sintió como se sonrojaba, como empezaba a sudar su espalda, los espasmos que estaba experimentando su vagina eran bastante violentos y finalmente advirtió la cercanía del éxtasis, sensación merecidamente recibida y disfrutada con fuertes movimientos y grititos agudos.
Luego de esto, Sandra se puso de pie, abrazó a su amiga y la besó, Camila sentía que ahora tenía que devolver el favor y trató de imaginarse la manera de lograrlo haciéndolo incluso mejor que su amiga, pero pensó que un orgasmo más placentero que el que acababa de experimentar difícilmente sería superado, optó finalmente por dejarse llevar por el instinto una vez más, hasta ahora se había entregado a ...