Araceli seduce a Alicia
Fecha: 31/01/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... abrazada a mi amiga no me salían las palabras.
Alicia, seguramente afectada por el alcohol, apoyó su cabeza sobre mi hombro mientras bailábamos despacito. Yo estaba en el cielo con mis manos agarrando fuerte su cintura. Al rato empecé a acariciarle la espalda. Subía y bajaba suavemente mi mano sin atreverme a llegar a ningún sitio peligroso todavía. Alicia parecía en la gloria.
- Recuerdo la otra vez que bailamos juntas – le dije bajito muy cerca de su oído – acabaste disfrutando como no había visto en mi vida.
- Calla, no me lo recuerdes.
- Todavía me masturbo recordando aquella noche.
Alicia levantó la cabeza y me miró sorprendida, yo le sostuve la mirada con una sonrisa pícara hasta que ella volvió a apoyar la cabeza en mi hombro con una pequeña sonrisa. Seguimos bailando abrazadas hasta que me dijo :
- Creo que me estoy mareando.
- No te preocupes, no te soltaré, yo te cuido – en ese momento le saqué de la falda la camiseta dándome acceso a su espalda. Empecé a acariciar la seda de su piel directamente, sin obstáculos. Alicia se tensó durante un momento pero enseguida se relajó apoyada sobre mí. La sensación que me producía acariciarla era gloriosa : su espalda, su cintura, pasé por encima del sujetador y le acaricié por debajo del cuello. La oí suspirar.
- ¿Has visto la pareja a tu derecha? – ella miró como la pareja bailaba dándose piquitos en los labios.
- ¿Y a tu izquierda? – esa pareja no hacía ni que bailaba. Se estaba dando un morreo ...
... en toda regla.
Alicia me miró y aproveché que estaba muy cerca para darle un suave beso en los labios, muy cortito. Como no me rechazó seguí dándole besitos muy dulcemente. Me estaba poniendo cardiaca. Intenté profundizar el beso, meterle la lengua en su adorada boca, pero no abría los labios. No se retiraba pero no me facilitaba llegar a más.
La pellizqué en la cintura. Abrió la boca por la sorpresa y me adueñé de ella. Saboreé su interior, sus dientes, su paladar. Mi lengua exploraba sin detenerse un instante. Al final se rindió y su lengua empezó a encontrarse con la mía. Nos balanceábamos en la pista, yo la acariciaba cada vez más atrevida llegando a tocar los laterales de sus senos cubiertos por el sujetador. Nuestras lenguas luchaban compartiendo saliva y deseo.
Detuvimos el beso para respirar.
- Estoy muy mareada, tengo que ir al baño – me dijo muy bajito.
- Te acompaño, cariño. ¿necesitas vomitar?
- Creo que no, pero necesito refrescarme.
Fuimos hacia el baño, Alicia se tambaleaba y la agarré fuertemente de la cintura. Puso su mano sobre la mía. Pensé que me la iba a quitar pero la dejó ahí. Me pareció lo más bonito que habíamos hecho esa noche, más que bailar abrazadas, más que el profundo beso del que acabábamos de gozar.
En el baño la acompañé a llegar al lavabo, empezó a refrescarse la cara y el cuello. No sé qué hizo que se empapó la camiseta de agua.
- Creo que estoy peor de lo que pensaba – balbuceó.
- Ven, vamos a un cubículo que ...