Araceli seduce a Alicia
Fecha: 31/01/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Habían pasado varios meses y yo me había quedado pillada. Soy lesbiana y me gustan las mujeres desde que recuerdo. La situación con mi amiga Alicia nunca fue un problema porque, siendo ella hetero, nunca hice ningún intento de querer con ella algo más que la mejor amistad que se puede tener. Ahora que no hago otra cosa que pensar en ello, creo que bloqueé en mi mente cualquier deseo por ella para no jugarme nuestra relación.
Pero las cosas han cambiado mucho. Al poco de la fiesta dejé la relación de cuatro años que tenía con Petra, mi novia, bueno … mi exnovia. Yo lo pasé muy mal y ella peor, pero la obsesión que desarrollé por Alicia me impedía darle a Petra lo que se merecía. Así que armándome de valor la dejé, yéndose ella del piso en el que tanto nos habíamos querido.
Había intentado por activa y por pasiva olvidarme del cuerpo de Alicia gozando como loca con las caricias del mago y la penetración a la que la sometió, ayudados por mis dedos en su culito, pero no se me iba de la cabeza. Me recordaba a cuando dejé de fumar y estuve unos meses sin pensar en otra cosa que en el tabaco, pues ahora no pensaba en otra cosa que en el bellísimo cuerpo de mi mejor amiga. Pensaba en sus tetas llenas, grandes y firmes, en su cintura estrecha, en su precioso culo duro y redondo, en sus largas piernas. La recordaba prácticamente desnuda, sudorosa, abierta de piernas, balanceando las caderas sometida al placer que la daba el mago.
SOMETIDA. Esa es la palabra que expresaba ...
... lo que no me dejaba dormir. Mi relación con Petra no había sido de dominación, al menos no de dominación completa, pero en la cama me gustaba mandar, dar órdenes que Petra siempre cumplía con gusto y que nos daban placer a las dos. Ahora después de varios meses de reflexionar, de introspección y de mucha obsesión había decidido lo que quería, lo que necesitaba como el respirar.
Tenía que someter a Alicia, debía tener su voluntad y su cuerpo sometidos a mí.
Podéis imaginaros el lío que tenía en la cabeza. No sabía si olvidarme del tema y seguir manteniendo la amistad que tan importante era para mí o lanzarme a por mi sueño y conquistarla. Pues bien, toda la confusión mental y de sentimientos se desvaneció en cuanto decidí que arriesgaría nuestra amistad a cambio de intentar poseer a Alicia en cuerpo y alma.
Ahora solo necesitaba un plan. Un plan infalible.
Después de considerar y desechar varias alternativas (se me ocurrió hasta darle burundanga), decidí que lo mejor sería igualar las circunstancias que se dieron en la fiesta del mago.
Tenía que conseguir a Alicia sin su novio, borracha pero consciente e irla calentando poco a poco hasta el ataque final. Creo que esas fueron las cosas que desinhibieron tanto a Alicia y propiciaron que se dejara hacer de todo cambio de placer.
Una vez decidido el plan solo tenía que buscar el día, lo que era fácil. Tenía que ser un viernes. Ella y yo no trabajábamos al día siguiente y su novio sí, con lo que no molestaría. ...