Dos cuñadas y una cama
Fecha: 05/01/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos
... canto se metió entre las piernas cerradas de Rita, que dijo:
-Estate quieta, puta.
-Estás mojada.
-¿Y qué, zorra?
Rosa supo que ya la tenía. Su cuñada la insultaba para excitarla. La besó en el cuello, le lamió las orejas y le metió dos dedos en el coño.
-¡Cómo me estás poniendo! Deja que te la coma.
-No, y quita la mano de ahí, cerda.
-Quiero ver cómo te corres.
Rita se puso boca arriba.
-¡Te quieres estar quieta, cabrona!
Rosa dejó de masturbarse, le dio un pico y le magreó las tetas.
-Para, asquerosa.
-Déjate.
La besó con lengua mientras le amasaba las tetas. Rita se estremeció y se le erizaron los pelos de los brazos as sentir la lengua de su cuñada jugar con la suya. Jamás un beso le había resultado tan dulce. El coño se le mojó aún más de lo que ya estaba.
-¿Tanto me deseas, cochina?
-Más que a tu hermano.
-¿Qué me vas a hacer si te dejo?
Entre beso y beso, le fue diciendo:
-Comerte las tetas, Comerte el coño... Quiero que nos corramos juntas. ¿Me dejas devorarte?
-Devora.
Rosa le levantó el camisón con idea de meterse entre sus piernas para comerle el coño. Rita lo quito y quedó en bragas. Rosa magreó sus tetas medianas con areolas marrones y duros pezones y ...
... se comieron las bocas... Después la lengua de Rosa aplasto el pezón derecho para luego lamerlo mientras su mano se metía dentro de sus bragas, le metía dos dedos en el coño empapado y los masturbaba. Después chupó la areola marrón, para volver a besarla antes de repetir la faena en la teta izquierda. Rita gemía escandalosamente, mas esos gemidos los silenciaban los ronquidos para los que pasaban por el camino...
Poco después le quitaba las bragas y metía dos dedos dentro de su coño. Masturbándose metió su cabeza entre las piernas de su cuñada y lamió su coño encharcado. Su lengua se deslizó desde la parte baja al coño hasta el clítoris. Hizo ese camino varias veces, lentamente y rozando el coño cómo si la punta de la lengua fuese una pluma. Luego, cuando sintió que se iba a correr ella, fue apretándola y apurando cada vez más para que se corrieran juntas. No lo logró, se corrió ella y dejó de lamer. Encogiéndose y temblando, exclamó:
-¡Diooos!
Rita le cogió la cabeza y frotando el coño contra su cara y llenándosela de jugos con una inmensa corrida, dijo:
-¡Me corro!
Al acabar, sonrientes, se abrazaron y se besaron. Era el comienzo de una intensa relación lésbica que empezara gracias a unos ronquidos.
Quique.