1. Anna y los 7 Desterrados


    Fecha: 06/05/2018, Categorías: Tabú Sexo en Grupo Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... barbilla y tire su cabeza hacía atrás. Depositando su nuca en mi hombro y colocando mi mano izquierda en su muslo izquierdo, sin tocar nada indecente, simplemente haciendo acto de presencia indicándole que mi mano estaba ahí. Mis dientes y mi lengua absorbían su cuello, mojándole con mi saliva su cuello. —. ¡Para! Ahhhh No… —exclamó con algunos gemidos que se le escapaban, esta vez se quejaba con más ímpetu pero sin demostrar resistencia física.Mi mano derecha se introdujo por la brecha que había entre los leggins y la camisa y se deslizó por debajo de esta acariciando el ombligo. Me recordaba a mí mismo que no debía tocar nada indecente, tenía que hacérselo suplicar, o como muy poco que lo desease intensamente como yo.La muchacha me cogió la cara como pudo intentando apartarme, haciendo gala de la poca fuerza de voluntad de la que disponía. Sin embargo podía notar como restregaba, consciente o inconscientemente su culo contra mi paquete.— ¿¡Pero se puede saber qué haces!? —exclamó con un hilo de voz, con un ritmo en su respiración que estaba obviamente alterado.— Te dije que me serviría yo mismo.— Con mis palomitas, no conmigo —Me reprochó aunque cabía decir que se le notaba que le había encantado.— Si me das palomitas no te como a ti.— ¡No voy a darte mis palomitas! —Se negó con decisión.— Entonces tú serás mis palomitas.— ¡No, yo quiero ver la peli! Me rehusó a ser tu comida.— No tienes que hacer nada, tu miras la peli y yo te cómo —dije mirándola a los ojos, mientras mi ...
    ... mano izquierda seguía esperando mis órdenes entre sus muslos y la derecha serpenteaba en su estómago, curiosamente ella no hizo siquiera el ademán de quitarlas.Anna me miró a los ojos para después volver su atención a la película, no dijo nada y yo lo entendí como si me estuviese dando permiso para continuar.Esta vez no le mordí ni le besé, dirigí mis labios a su oreja izquierda y con ellos la rocé hasta mordisquear la circunferencia de carne mientras la oía suspirar, me permití el lujo de susurrarle.— Al final hice bien en traerme “esto” para picar y no esas palomitas.— Al contrario que las palomitas yo no tengo sabor a nada… —dijo impregnando su declaración de modestia.— ¿Entonces porque me gusta tanto comerte? —Le cuestioné mientras comenzaba a besarle el cuello y agarraba su cadera para apretarla contra mi pantalón, que escondía una verga deseosa de entrar en contacto con su piel.Para mi sorpresa (Ya que yo no esperaba que ella me lo pusiese tan fácil) ella se empezó a restregar contra mi paquete, mientras gemía. Y durante unos cuantos minutos estuvimos así, yo comiéndole el cuello a besos y ambos restregándonos como perros en celo, hasta que sin venir a cuento, ella se levantó y volvió a su asiento, al ver mi expresión de confusión, sonrió y dijo:— Ya has comido bastante, ahora veamos la película.— No estoy lleno —declaré m*****o por la interrupción.— Pero has comido.— Tengo ganas de comer mucho más… ¿No me iras a decir que ya está?— No quiero que te llenes, o no comerás ...
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