Anna y los 7 Desterrados
Fecha: 06/05/2018,
Categorías:
Tabú
Sexo en Grupo
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... desesperación. No pude evitar soltar un suspiro, siguiendo su juego de no reconocer lo que estaba pasando.—Oh... Así que quieres jugar a ver quién muerde a quienAnna rio, ya no estaba nerviosa. Otro mordisco cariñoso se clavó en el otro lado de mi cuello y esta vez sí que gemí, porque ella se sentó al mismo tiempo encima de mis piernas, las cuales estaban cubiertas por una ligera sabana de tela. Clavó su coño en mi polla, con el único obstáculo de la manta.Su mordisco se convirtió en un chupetón en toda regla, mientras apretaba sus uñas contra mi espalda.La abracé por el pecho y la coloque a la fuerza boca arriba, mientras ella reía.—Te toca —dijo separando palabra por palabra.—Has dicho que es un juego de morder. ¿No?—Aja...Me acomode entre sus piernas con mi polla ya totalmente erecta, la cual palpitaba como si fuese un corazón independiente. Busque sus tetas y sin usar las manos clave mis dientes en uno de sus senos, con la camisa aun cubriéndolos.Mi verga tocaba su pubis, la cual tenía el césped muy cuidado.—Me toca —dijo escabulléndose entre mis piernas, me agarro por la cintura y me beso en los abdominales. A los lados y en el centro, rozando con su cara mi polla erecta. Noté como al tocarla, se acercó con lentitud. Pero yo la aparte, no quería que me la chupase. Llevaba mucho tiempo esperando, y no podía aguantar más.La cogí del cuello y le dije:—Me toca, tramposa. ¿No ibas a morderme dos veces, no?—Ni se me ocurriría —mintió Anna claramente, dejándose llevar por mi ...
... mano, guiando su cabeza al colchón.—Pues yo si quiero morderte muchas veces —Dije poniéndola boca abajo, y con una mano, abrí ligeramente la cortina. Ahora podía verla, con el culo en pompa y la cabeza apoyada en el colchón.—Que tramposo —se rio entre ronroneo y gemido.Le azoté el culo, gimió. Y le clave un mordisco en la nalga y gimió más alto.— ¿Dónde me darás el segundo mordisco? —preguntó con la voz temblando a mas no poder.—El segundo me lo voy a reservar.— ¿Para cuándo? —preguntó mirándome a los ojos, con la cara apoyada contra el colchón.No respondí, simplemente me agarré la verga y la apunte contra su coñito. El cual parecía estar respirando, abriendo y cerrándose desesperado.—Pet... No, eso no... —Y pese a esa suplica, que simbolizaba su ya fallecida fuerza de voluntad, golpeé con mi verga su empapada vagina produciendo chapoteo—. Pet... Estábamos jugando, eso que quieres hacer ya es algo que no... ¡Pet! Por favor, no lo hagas... ¡Pet! Ahhhhhh— La clave con todas mis fuerzas, entró sin resistencia alguna. Mis testículos chocaron contra sus muslos, y entonces le agarre las nalgas, cada una con una mano. Azotándole antes de sacarla casi del todo y volver a clavarla hasta el fondo—. Ahhhhhhh, Oh que... Ufff... —Y sus gemidos eran cada vez más altos, era imposible que Julio y Antón no los escuchasen, pero me daba igual.Con mis manos tiré de sus nalgas a mi cadera con fuerza, y ella bajaba obedientemente empalándose ella misma únicamente guiada por mis manos, no paraba de ...