El tio vivo
Fecha: 03/05/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... excitarla al máximo y cuando dejé de besarla, ella le dijo a Daniel:
- Me estás dejando la teta roja de tantos chupetones y magreos, tócame el coño ahora un rato, anda.
Aparté mi mano y la metió Daniel exclamando:
- ¡Mary, pero como lo tienes, parece un charco de placer!.
Mi mujer le contestaba entre suspiros:
- ¡Que gusto me estas dando... sigue... sigue... méteme tres dedos dentro! - se los debió de meter lo que pudo porque pegó un salto y al acomodarse otra vez, añadió - ¡No seas tan bruto, pero me ha gustado... sigue sin parar... que placer... aaah... aaah...!.
Daniel, también gimiendo, le contestaba:
- ¡No pares, cachonda, que yo también me voy a correr... que gustazo me estás dando... sigue con la zambomba, sigue... no te pares ahora... aaah... te voy a llenar la cara de mi caliente leche!.
Mary tenía todo el cuerpo en tensión, respiraba agitadamente y le decía entrecortadamente: ¡Yo también me voy a correr otra vez... ya me corro... ya... ya... méteme los dedos hasta el fondo... que bueno, me siento llena... aaah... sigue, sigue, no pares, dale fuerte... me corro... chúpame los pezones... así, así... oooh... me corro, sí, me ...
... corro... aaah...!.
Al instante explotó en un orgasmo brutal, justo cuando Daniel se levantaba y se acomodaba para bautizar con su leche bendita de polla a mi mujer. Coloco su glande en mitad de la frente, justo arriba de la nariz, comenzando a fluir lentos y gruesos chorros de su caliente leche.
Un fluido continuo de este néctar se mantuvo brotando por largo tiempo, haciéndose ocasionalmente más grueso y adelgazándose después. Al parecer Daniel tenía rato almacenando gran cantidad de leche en sus pelotas, lo que hizo que esta eyaculación fuera espectacular.
Era una sensación altamente excitante para mi ver como Mary hacía correr a otra polla que no era la mía y en mi presencia y también como suspiraba de gusto mientras otro le sobaba las tetas, el coño, y le derramaba la leche sobre el rostro. Daniel como todo un experto barnizaba con sumo cuidado la cara de Mary, cubriéndola en una gran porción, firmando su obra con tres gruesos reguerones de semen que cruzaron y gotearon el rostro de mi mujer.
Al acabar nos quedamos charlando un rato sobre lo que había acontecido, quedando todos muy satisfechos del resultado. Un fuerte beso y abrazo de este matrimonio.