El tio vivo
Fecha: 03/05/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... manoseo.
Daniel puso el coche en marcha y lo aparcó en un lugar más apartado del aparcamiento. Con la lluvia y el frío, los cristales se empañaron enseguida.
Pasaron los dos al asiento trasero. Mi mujer sentada entre los dos. Ella se dejó hacer ya que con los toqueteos anteriores estaba muy excitada aunque, como me confesó después, también un poco confundida.
El amigo terminó de desabrocharle la blusa y los corchetes del sujetador, subiéndoselo y dejando sus preciosas tetas bien libres. Cuando empezó a tocárselas y chuparle los pezones, Mary echó la cabeza hacia atrás, cerro los ojos y soltó un leve suspiro.
Metiéndole yo la mano por debajo de la falda, empecé a acariciarle el coño por encima de la braga, que noté un poco húmeda.
Hice una señal a Daniel para que se sacara la polla. Lo hizo rápidamente y cogiendo una mano de Mary se la puso en su verga. Ella, al notarla, abrió los ojos, la miró y exclamó:
- ¡Que grande y dura está!.
Agarrándola bien con la mano, la acarició y a continuación, descapullándosela, empezó a masturbarle. A todo eso mi excitación estaba al máximo viendo a mi mujer tocando una polla que no era la mía.
Creí que me iba a reventar si no me la sacaba del pantalón. Me la saqué y cogiéndole la otra mano a mi mujer la coloqué en mi polla, que estaba dura como una barra de hierro, y empezó también a masturbarla. La escena que ofrecíamos en el asiento trasero era de lo más excitante.
Él le acariciaba la teta y el pezón izquierdo y ...
... yo la derecha. Tenía un pezón como un garbanzo de duro. Al mismo tiempo, con una mano metida dentro de su braga, yo le estaba acariciando el clítoris que tenía excitadísimo.
Los suspiros y jadeos de placer creaban un ambiente super cachondo en el interior del coche. Mi mujer no paraba de decir:
- ¡Que gusto... que bueno como me magreáis... me estáis destrozando las tetas, calentorros... seguir... seguir... que placer... sigue Pedro, sigue así, méteme los dedos en el coño que Daniel ya se ocupa de mis tetas... así, así, sí... me voy a correr, no pares cariño... oooh...!.
- ¿Te gusta, cariño? - le pregunté.
- ¡Sí... s
... no paréis...! - contestaba.
Mientras le decía esto me enderece y le coloque la cabeza de la polla justo en la frente, me corrí como un desesperado, echando toda la leche en una gran explosión que le baño gran parte del rostro, dejándome los testículos satisfactoriamente vacíos.
Daniel aprovecho esto para sacar unas buenas fotos de la ocasión, gran cantidad del semen comenzó a correr y chorrear sobre el radiante y sonriente rostro de mi esposa.
Daniel aún no se había corrido y le decía a mi mujer, para que se corriera otra vez:
- ¡Mary, guapa, que gusto me estás dando, estoy a punto de correrme!.
Ella, mirándome, me dijo:
Le contesté que sí haciéndola callar con un beso de tornillo y, metiéndole la mano en el coño, empecé a acariciárselo. Lo tenía todo encharcado de la corrida anterior.
Le metí dos o tres dedos dentro para ...