La gran aventura
Fecha: 24/04/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: acapucio, Fuente: RelatosEróticos
... trasera del sofá. Seguía sin decir nada, me giro y apoyando una mano en el vientre y otra en la nuca me “invito” a doblarme sobre el respaldo.
Con una mano abrió un poco los cachetes del culo y con la otra guió la punta de su inmensa polla a la entrada, que a esas alturas solo habían recibido un plátano en un par de ocasiones, un calabacín en otra y manejado con mucho cuidado y mis dedos también en una ocasión, para acabar el experimento del calabacín.
Mientras hacia este rápido recorrido por el inventario de las “penetraciones anales”, de golpe mi mente se quedo en blanco, de un solo empellón metió toda la polla hasta el fondo causándome tal dolor que no pude ni gritar.
No esperó a que se acomodaran los cuerpos, tal era su urgencia que comenzó a dar brutales empellones, cada uno de ellos me causaba un tremendo dolor y no solo en el esfínter, también en el estomago que era donde estaba apoyada.
Una gran parte de la presión la soportaba esa zona, cuando termino, se aparto saliendo de mí pero no solo no me pregunto que como estaba, simplemente ni me ayudo a levantarme de tan incomoda postura y me dijo.
Voy a ducharme y a vestirme, sobre la cama te dejo la ropa que quiero que te pongas cuando te duches, a y antes de vestirte recoge un poco todo esto que lo has puesto perdido, te espero tomando una copa en el bar del hotel, que hay a la entrada del comedor.
Me quede desconcertada del todo, pero tal era mi estado mental que pensé que quizás era yo que había ...
... estado los últimos tres años a excepción de estos últimos dos meses, teniendo contacto con los hombres tan solo con Carlos y por cámara.
Me levante y vi como por mis piernas escurría una mezcla de semen, algo parduzco que como he leído en algún sitio suele aparecer al practicar sexo anal en muchos casos, si antes no se ha realizado una buena higiene o se tiene cierta experiencia y unos hilillos de lo que pienso era sangre por quizás algún pequeño desgarro pues las embestidas fueron brutales.
Lo primero fue ducharme, después trate de encontrar con que recoger los restos dejados de nuestra actuación, con una toalla que al terminar puse dentro de una bolsa de plástico, que deje en la papelera para que la tiraran recogí lo mejor que pude y me lave otra vez, para serenarme un poco.
Además para comprobar en el espejo del baño si seguía sangrando, vi que no y eso me tranquilizo, me dolía bastante el culo y algo menos el vientre, fui al dormitorio y cuando vi la ropa que había preparada me quede de piedra.
Un vestido rojo, sin tirantes escote palabra de honor que seguro que con mis tetas no se caía que apenas cubría dos dedos por debajo del tanga y de tipo japonés, con dos aberturas a los lados que llegaban prácticamente a la cintura y una nota que decía.
Este vestido que es el que te quiero ver puesto, como mejor se luce es sin ropa interior, no es necesario que te maquilles, nadie te mirara la cara, estaré en el bar no tardes mucho.
Eso me enfureció y mucho, busque ...