La tentadora oferta
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... cérvix, tratando de que le arrancase otro orgasmo.
Momentos después, lentamente, Ana empezó a rodarse hacia el lado de Ramón, liberando su enorme y vaporizante miembro, y se quedó contemplando aquella presea femenina… toda una recompensa para cualquier mujer.
Quedaron unos instantes callados, acariciándose con sus dedos mutuamente.
Ana se puso de lado y empezó a acariciar el cabello de Ramón. –Te has de coger amuchas, ¿verdad? -, preguntó.
El albañil pensó un momento su respuesta…
- Algunas, no muchas. Hacía tiempo que no me cogía a alguna que no fuera la Lupe -, contestó.
- ¡Ah, pero cuando andaba de loco, no perdonaba a ninguna! -, le aseguró. –Con esta macana, no hay mujer que se resista-, le aseguró
Ana sonrió y esperó unos instantes. Pensó en su hermana mayor, Claudia, guapísima, que ya pasaba de los 30 y seguía soltera.
- ¿A Claudia? – preguntó Ana
- ¿Cuál Claudia?, respondió Ramón.
- Mi hermana -, contestó Ana.
- ¡Claro que no!, espetó Ramón. –Si no fuera tan mocha, si le hubiera hecho mi luchita, pero es bien santurrona. Tiene buen culo, pero es muy recatada. No dan ganas. A lo mejor por eso se está quedando cotorra -, agregó.
Ana se estiró y bostezó.
- ¿A mi mamá? -, continuó interrogando.
- Anita preciosa -, contestó Ramón, - si me hubiera cogido o me estuviera cogiendo a tu mamá, o a tu otra hermana la más chica, ¿Cómo se llama?, -refiriéndose a la hermana menor de Ana, - Patty -, interrumpió ella, - no te lo diría. - ...
... ¡Claro que no! -, le aseguró.
Ella le sonrió.
- Aunque déjame decirte que tu mamá tiene buen culo, igual que tu hermanita -, dijo el atrevido albañil. – Si me las cogía, tengo para darle a las 4 juntas…hay que hacer una orgía para que se te quite lo preguntona -.
Ana le sonrió. –Eres un pendejo-, le dijo.
Después se recostó una vez más al lado de Ramón.
Ana empezó a hablar de nuevo.
- Me metiste el dedo por detrás -, le dijo al albañil. El, temeroso de alguna reclamación, se quedó en silencio.
- Me encanta que me la metan por el culo -, prosiguió.
Ramón se incorporó deleitado y desesperado por concluir su ardiente encuentro.
Ana se puso de pie, se arrodilló al borde de la cama, se apoyó en sus manos, y empezó a mover sensualmente sus nalgas al albañil. Ramón la “saludó”, moviendo su gigantesco pene de arriba abajo….
- ¡Cógeme por el fundillo! ¡Culéame! -, le ordenó al albañil, mientras ponía su cabeza entre sus antebrazos, esperando el ansiado momento.
- ¡Siénteme toda tuya! -, le dijo.
- ¡Espérate! -, dijo ella, mientras se volteaba. –Déjame lubricarla un poco-, dijo.
Ana empezó a lamer y a ensalivar el enorme pene de Ramón, escupiéndolo y frotándolo.
Después volvió a tomar su posición anterior.
Ramón se paró detrás de ella, contemplando sus bellas nalgas, aguardándolo. Él se inclinó, y le dio un beso en cada una. Puso su mano derecha sobre ellas, y empezó a deslizar su dedo pulgar hacia su húmeda vagina. Lo introdujo y con su fluido ...