TENERIFE: SOFIA
Fecha: 12/03/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Masturbación
Anal
Autor: placerparatuyyo, Fuente: xHamster
... ya era copiosa debido a su excitación, y tras sentir un par de estertores más en su cuerpo y cómo su respiración se volvió un poco angustiosa, salí y, mirándole, pregunté: “¿Te duele en algún punto que te he exploro, Sofía? ¿Te encuentras bien? Lo digo porque parece que tienes leves dificultades respiratorias”“No, no me duelo, pero, bueno…, el caso es que…” balbuceó avergonzada y sonrojada, sin saber cómo explicar que sehabía excitado y a la vez intuyendo que me había dado cuenta.Puse la más amable cara de profesional que pude y con una comprensiva sonrisa le dije: “No pasa nada Sofía, te entiendo: si como me dijo Antonio sois dos personas muy activas y después de tantos días sin tener relaciones, es normal que te sientas excitada. De hecho, no serás la primera mujer, ni el primer hombre, que en una exploración ha tenido un orgasmo. Es más frecuente de lo que te imaginas.”.“Muchas gracias, Carlos. Me daba vergüenza decirlo y no sabía cómo hacerlo”.“Tranquila mujer. Como veo que va a ser inevitable, pues aún no he terminado la exploración y mejor cuanto más dilatada estés, si te parece bien pasas a un dormitorio, te masturbas y vuelves a la consulta, que te espero aquí y terminaremos pronto”.“Está bien, gracias” dijo sonrojada y avergonzada.Bajó de la camilla, me siguió hasta lo que era la habitación que utilizaba para mis encuentros amorosos –realmente cálida-, abrí la puerta, encendí la luz y con una sonrisa le mostré la cama y dije: “Te espero en la consulta. Sin prisas. ...
... Tómate el tiempo que necesites”. “Gracias” contestó, tras lo que cerré la habitación para que su intimidad fuese absoluta.Del baño de al lado cogí una toalla y volví de nuevo a la puerta donde estaba Sofía, para pegar mi oído a ella.Sofía debía de estar muy excitada, pues al cabo de dos o tres minutos en que no oí nada, percibí como su respiración se volvía cada vez más entrecortada, a la que siguieron pequeños gemidos con entrecortados “uff” seguidos de un contenido “qué bueno”, al que siguieron jadeos y gemidos, contenidos, pero cada vez más frecuentes, que hicieron que yo me excitase sobrada y visiblemente.Al entender que estaba a punto de alcanzar su orgasmo, llamé a la puerta y sin esperar a que dijese nada la abrí, le miré descaradamente y pude ver su cara de sorpresa y vergüenza: exactamente la cara de a quien han pillado en un acto que no quiere que nadie vea, por lo que al verme, de inmediato apartó su mano del sexo y cerró las piernas.Puse cara de confuso, y como pidiendo perdón dije: “lo siento; no te había traído una toalla para que te limpies. Disculpa, me parece que he entrado en el momento más inoportuno. Si lo deseas termina y, disculpa por mi evidente excitación, pero eres tan atractiva que, al verte no he podido dejar de excitarme como es natural, de modo que continúa; iré a la habitación de al lado a masturbarme yo también y luego terminamos la prueba”.La expresión de Sofía era todo un cuadro: avergonzada de que le hubiera visto masturbarse, ansiosa de tener ...