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Trio con mi amigo
Fecha: 07/03/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ducha me encontré a mi mejor amiga en pleno sesenta y nueve con su último amante. César tenía la lengua metida en el coño de Bea y ella rascaba sus pelotas con las uñas mientras se la mamaba. Cuando César se dio cuenta de mi presencia, yo les miraba con evidente fascinación. Nuestras miradas coincidieron en el preciso momento en que Bea iniciaba su orgasmo. Observé a César mientras introducía su lengua en el túnel empapado de Bea, dirigiendo de inmediato sus dedos a su propio chocho. Bea empezaba a gritar y embestía furiosamente con las caderas contra la boca de César. Sus jugos invadían su cara y caían por su barbilla. Arqueó la espalda y echó la cabeza hacia atrás, con lo que su polla se salió de su boca aunque siguió meneándola rítmicamente. Cuando el orgasmo de Bea parecía alcanzar el cenit, César aceleró el ritmo y empezó a succionarle el coño con los labios. Bea se puso como una moto, como si llevara años sin correrse. Comenzó a relajarse con un estremecimiento, y César fue ralentizando sus movimientos hasta apenas rozarle la carne con lametones. Bea estiró las piernas y dejó reposar su cara en la entrepierna de César, mientras su polla quedaba bajo su garganta. Abrió los ojos y me vio. Me había olvidado de ti- dijo. Ya lo he notado- respondí – Parecía como si estuvieras en pleno ataque cardíaco. Me ha puesto a mil verte así...- y señalé su entrepierna completamente mojada.- No se porqué me he molestado en ducharme. César se puso a tono sólo pensando que ...
... estaba cerca de dos mujeres que se habían corrido hacía poco. Bea sintió como su polla crecía y empezó a menearla con cariño. - Ha sido magnifico- musitó Bea, besando la punta del capullo de César y chupando las primeras gotas del líquido con la lengua. Volvió a metérsela en la boca. Yo seguía cachonda como una perra y ver como Bea le cuidaba la tranca me puso todavía mas caliente. César puso cara de malo y una idea empezó a perfilarse en su mente. - ¿Habéis compartido alguna vez un hombre?- dijo. Bea se la chupó más fuerte y me miró, sonriendo. - Las dos juntas jamás hemos estado desnudas con un hombre. Y tampoco nunca hemos hecho un sesenta y nueve a la vez, frente a frente…- dije. Nos miramos. Yo me metí en la cama. Bea siguió en la zona baja del cuerpo de César mientras yo le besaba profundamente en la boca. Al cabo de un momento las dos nos unimos para centrar nuestra atención en sus huevos y en su polla. Sólo de verlo César estaba a cien. ¡¡¡Dos mujeres encantadoras y hermosas haciéndole el amor con sus bocas y él con los dedos metidos en nuestros preciosos chochos, haciéndonos vibrar de placer!!!... Era un auténtico paraíso… Le rogué a Bea que me dejara meterme el pene en la boca. Justo antes de hacerlo le dije: - ¿Te lo puedes creer? Bea me contestó que me limitara a gozar. La polla de César iba de una boca a otra. Debía ser indescriptible lo que estaba sintiendo. Prolongó tan dulce tortura durante unos diez minutos, concentrándose en nuestros ...