Negación - Capítulo 8
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... amigo y yo. Me subí al auto, dejando un rastro de barro en la tapicería con mis zapatillas, no me preocupé. Cerré la puerta con fuerza y esperé a que él hablara.
- Fabián – me saludó, Manteniendo su vista al frente. Se me erizaron los vellos de la nuca cuando escuché mi nombre.
- Eduardo – le contesté.
- ¿Qué tal lo pasaste en el Bar? - preguntó con su voz ronca.
- He tenido borracheras mejores – una fugaz sonrisa cruzó su rostro.
- Así que… el musculoso… ¿Es tu novio? – le fruncí el ceño, sin saber a dónde quería llegar.
- Lo es – mentí.
- ¿Él acepta que… - se retractó - …tu trabajo?
- Lo hace - ¿Dónde quiere llegar?, pensé.
- ¿Sabe lo nuestro?
- No existe tal cosa como “lo nuestro” – me apresuré a contestar – Pero sí, no tengo secretos con él.
- Me gustó verte ese día… te veías dispuesto – retomó.
- ¡Eres un maldito… - empecé.
- Cuidado, Fabián, no olvides con quién estás hablando – la ira explotó en mí.
- ¿¡Quién mierda te crees que eres!? – comencé a gritar - ¿¡Quién crees que soy yo, eh!? ¡Piensas que puedes llegar y hacer las cosas que deseas con mi vida por un poco de dinero! ¡Qué puedes jugar con mi vida! ¡Mi vida!... ¡Enviaste a Antonio a jugar conmigo! ¡Y le contaste “eso”!... ¿Tu entiendes verdad? Sabes, que lo que había en esa carpeta nos perjudica a ambos… ¿o qué? Piensas que esto me concierne sólo a mí… Yo tengo la forma de hundirte Eduardo, lo sabes muy bien, así que no juegues conmigo, porque te vas a quemar.
- ...
... ¡No me amenaces, “Perra”! – Su voz sonó imperiosa, opacando la mía.
Me quedé en silencio. Ahora solo nuestras miradas se confrontaban, buscando la debilidad de cada uno, evaluando la mínima vulnerabilidad que nuestros ojos pudieran reflejar. No dejaría que me apabullara, si apartaba la vista, estaría perdido. Su teléfono vibro. Lo llevó a su oreja lentamente, sin dejar de mirarme.
- Diga – ladró.
El azul de sus ojos adquirió diferentes matices en la medida en que su interlocutor le entregaba una información que no parecía agradarle. Pasó de un tono claro cuando lo invadió la sorpresa, a un azul eléctrico cargado de furia. Un parpadeo y el iris se volvó de un azul profundo, oscuro, como el océano. Con una furia asesina. No lo vi acercarse, solo fui consciente de su presencia cuando fue demasiado tarde. La puerta se abrió, sentí un tirón en el brazo y caí sentado en el suelo, mi espalda aún apoyada en el auto, aferrándome al asiento. Un sonido se escapó de mis labios producto de la sorpresa, pero me sonó distante, como si no fuera yo el que gritara.
- ¿Qué hiciste? – la voz de Eduardo estaba tensa, contenida.
- ¡Yo digo que matemos a la Puta! – Antonio hablaba a mis pies, lleno de furia, sus manos sujetando mis pies.
- ¿¡Qué!? ¡¡No!!... ¡¡Suéltame!!... – empecé a retorcerme, tratando de liberarme del agarre de Antonio.
Caí de bruces al suelo. Mi cara estampada contra el barro. Le había bastado otro simple impulso y salí eyectado del vehículo. Me puse de pie ...