Negación - Capítulo 8
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... murmuré al fin.
- Lo harán – dijo con solemnidad.
- No me acostaré con ambos a la vez – continué – y usaré preservativo.
- Mmm… - meditó – creo que eso no es transable.
- ¿Pensé que mis imposiciones importaban? – me quejé.
- En realidad no lo hacen – tuvo la decencia de parecer avergonzado – Sólo estoy tratando de hacerlo más fácil para ti.
- ¿Entonces qué sentido tiene todo esto? – lo miré.
- No tiene ninguno… yo lo lamento… – alcé las cejas, eso no me lo esperaba.
- ¿Qué lo lamentes me beneficia en algún sentido?
- No… tampoco lo hace – se miró los pies.
- ¿Por qué haces esto? – lo acusé – Ni siquiera me conoces.
- Antes… por curiosidad – dijo – Ahora… por placer.
- ¿Placer?... me suena a cliché… - le dije con sorna.
- Esto es totalmente diferente, lo que tú haces a lo que yo hago… - aclaró – Tú lo haces por dinero… yo lo hago porque quiero hacerlo.
- Yo tampoco quise hacerlo, pero nunca hubo otra opción – me abracé a mí mismo, sintiéndome pequeño.
- Esto es un punto muerto entonces – concluyó.
- Entonces van a… - tragué saliva - “me van a culear hasta que no pueda usar el ano ni para cagar” – dije, imitando el tono de su voz cuando pronunció esas palabras.
- Creo que por fin lo entiendes. Eduardo tiene una actividad muy divertida que quiere compartir con nosotros, y bueno, tu vendrías siendo algo así como el protagonista… Si hacemos esto – agregó – las fotos y todo quedará en el pasado, no nos volverás a ver en tu vida, ...
... ¿lo tienes claro, verdad?
- Es lo único a lo que me aferro – lo miré con repulsión.
- Bien… porque tengo muchas ganas de probar esa boca tuya – dijo, agarrando su miembro, llamándolo a la vida.
- No esperarás que…
- Conoces mis condiciones, si quieres decirle adiós a la carpeta me la vas a mamar, me daré una ducha e iremos a ver a Eduardo – esperó mi respuesta.
No pude decir nada más. Le había prometido a Claudia un final limpio. ¡Diablos!, me lo había prometido a mí mismo. Ellos sabían que lo haría, nada fue dejado al azar, midieron cada una de mis reacciones, todo fue orquestado para que yo hiciera lo que ellos querían, me tenían a su merced.
Me acerqué a él y me puse en cuclillas. Tomé su pene entre mis manos y elevé la cara, mirándolo, una sonrisa de suficiencia se dibujó en sus labios. Eso me provocó. Abrí la boca e introduje su glande en ella. Succioné lentamente y luego lo mordí. Sólo escuché su grito y la forma en la que me empujó haciéndome caer de espaldas, una carcajada se escapó desde lo más profundo de mí ser.
- ¡Maldito! – me gritó, retorciéndose de dolor. Seguí riéndome.
Lo miré, estaba sentado en el suelo, sus manos cubriendo sus genitales, su cara crispada de dolor. Creo que eso lo sacaba de ecuación, su pene no aguantaría otro asalto en esas condiciones. Joder, verlo ahí murmurando incoherencias, tratando de calmar el dolor, desnudo y apocado, iba a ser una imagen que me quedaría grabada para siempre en la memoria. De improviso, me miró ...