En la oficina de VíctorEse día viernes no había tenido que asistir a mi oficina, ya que llevaba bastante adelantado mi trabajo y entonces arreglé con Helena para que me reemplazara ella si hacía falta. Me quedé remoloneando en la cama hasta media mañana.Estaba bastante caliente. La noche anterior me había vestido de manera sugestiva para Víctor a la hora de irnos a la cama; con un provocativo catsuit negro enterizo, cuya única abertura quedaba a la altura de mi pubis.Pero mi dulce maridito declinó la oferta de sexo, aduciendo mucho cansancio y stress.Así que al levantarme lo primero que se me ocurrió fue darme un baño caliente de inmersión bien relajante; momento que aproveché además para masturbarme salvajemente.Me metí un par de dedos en la concha mientras disfrutaba del agua tibia y me toqué hasta alcanzar un orgasmo infernal.Estaba todavía con una calentura increíble después del baño; así que decidí hacerle una visita a Víctor en su propia oficina. Estaba segura de que allí podríamos coger a nuestras anchas, algo que nos excitaba a los dos y que por fin me dejaría satisfecha.Me maquillé un poco a las apuradas y me puse un vestido ajustado al cuerpo; tacos altos y ninguna ropa interior. Me miré en el espejo y vi a una verdadera puta callejera.Ya mientras manejaba podía sentir la humedad aflorando de mi concha. La calentura iba en aumento a medida que me acercaba al encuentro de mi marido.Sentía mis pezones erectos bajo la fina tela de mi vestido. Comencé a acariciarlos ...
... con mis dedos y pronto alcancé un orgasmo increíble, en plena autopista.Finalmente llegué al edificio y me dirigí directamente a la oficina de mi adorado marido. Pero Víctor pareció no alegrarse demasiado con mi visita. Dijo que estaba muy ocupado y en dos minutos pude comprobar que era verdad: el teléfono de su escritorio casi no dejaba de sonar y en forma permanente entraban empleados con papeles, carpetas o preguntas…Me acerqué a hacerle una caricia en la espalda para ver si podía relajarse un poco, pero me dijo que estaba bien; si yo podía esperar un par de horas allí, tal vez podríamos ir a almorzar juntos afuera.Mientras estaba allí recostada contra la gran ventana, pasó por la puerta Esteban, uno de los colegas de Víctor que una noche me había cogido de manera brutal en nuestra propia casa. No recordaba el nombre de su compañero… pero recordaba bien su verga…Esteban sonrió y me guiño un ojo, haciendo un gesto con la cabeza para que lo siguiera. Le dije entonces a Víctor que pasaría por el baño y luego saldría a hacer unas compras pendientes, para más tarde regresar por él antes del mediodía.Casi ni suspendió lo que estaba haciendo, pero alcanzó a despedirse lanzándome un beso al aire.Salí de su oficina tratando de no parecer desesperada en busca de una buena verga.A unos pasos me esperaba Esteban, quien sonrió con lascivia en sus ojos y, aprovechando que no había nadie en el pasillo, me atrajo hacia él abrazándome por la cintura, para plantarme un beso de lengua húmedo ...