1. Mi nueva vecina Milf (Parte 5): La perfecta medicina II


    Fecha: 08/02/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos

    ... miembro tieso.
    
    —A mi me parece que hay algo ahí que requiere atención —Me respondió.
    
    Me levante. Me acerque a ella que estaba contra el ropero. La tome con fuerza y la coloque de espaldas hacia mí. Acaricié sus nalgas con apremio, mientras que con una mano, sujetaba su cara contra la puerta del ropero. Ana se entregaba a mi sumisión sin protestas, gimiendo con cara caricia que mi mano arremetía en su cola. Con fuerza moderada empecé a darle nalgadas, mi mano abierta asestaba golpes certeros que resonaban en la casa.
    
    Me agaché y bese sus nalgas, me las comía como un desesperado. Corrí su tanguita e hice lo mismo con su vagina. Ella ya estaba completamente mojada. El gusto era perfecto. No quería dejar de probar su vagina. Ana gemía cada vez más fuerte mientras me agarraba del cabello.
    
    —¡No aguanto más! ¡Metéme esa pija! —Me dijo entre gemidos.
    
    Sin tardar me paré, le separé las nalgas, tomé mi pene y fui entrando en su vagina súper mojada. Apreté su cara de nuevo contra el ropero y con la otra mano me aferré a su cintura. Sus nalgas golpeaban contra mi pelvis mientas arremetía dentro de ella. No tardó mucho en avisarme que quería venirse. Me suplicó que la dejara correrse. Tomé su mano y la coloque en su vagina. Mientras yo seguía con mis movimientos, Ana se masturbaba.
    
    Sentí como un flujo empapaba aún más todo. La cara tensa de Ana pronto empezó a relajarse. Saqué mi pene de su vagina. Besé su cuello mientras ella reía del cosquilleo que le provocó el ...
    ... orgasmo. La puerta del ropero estaba mojada de su transpiración. Caminó hacia mi escritorio, se subió en el llamándome. Me acerqué a ella, le abrí las piernas y volví a meter mi pene dentro de su preciosa vagina. Parecía que mi miembro apenas cabía allí. Estaba mucho más apretada que al comienzo.
    
    —¡Sé que te dije que no ibas a hacer nada hoy, pero dale otro orgasmo a tu puta, por favor! —Me suplicó Ana.
    
    —¡Después, de premio, me meto tu pija en la boca para que me des tu leche! —Continuó.
    
    Sus palabras me desencajaron. Comencé con miedo mis movimientos dentro de ella. Estaba muy caliente ya. El miedo era a no poder aguantar eyacular antes de que se corriera una vez más. Puse toda mi concentración en ello. Mi miembro entraba casi por completo dentro de ella, para luego salir hasta el glande, para luego volver a entrar. Me aferraba a su cintura con fuerza. Mientras Ana gemía tan fuerte, que se escuchaba en toda la casa.
    
    Puse sus pies sobre mi hombro derecho, su vagina quedó aún más apretada. Sus medias de red se veían tan excitantes forrando sus piernas. Y sus tacos sobre mis hombros, ni hablar. Mis movimientos eran cada vez más profundos. Los senos de Ana, sin brasier, por debajo de la camisetita de Argentina, saltaban al ritmo de mis embestidas. Ya casi no podía aguantar más la eyaculación. Por fin, Ana pronuncio las palabras mágicas “voy a correrme”.
    
    Su cara se tensó, me apretó dentro de ella, pudiendo sentir nuevamente como todo se ponía mojado de sobre manera. Un ...