Patas arriba (XV) - Relatos Eróticos

Patas arriba (XV)

... callejón como un par de matones acorralaban a un chico bastante joven y después de un forcejeo ¡intentaban violarlo! Llamé al 112 y decidí hacer tiempo mientras llegaba la policía para que los matones no huyeran, igual me informaron que no pondrían la sirena para poder atraparlos en flagrancia, pero no podía permitir que le desgraciaran la vida a ese chico, tendría unos 17 años, tiene mucho por vivir como para encima tener que aguantar el tormento de una violación e incluso terminar enfermo. Los dos matones eran bastante más mazados que yo, pero aunque me golpeen un poco haré lo correcto, no me quedaré a manos cruzadas, por mucho que me regañe mucho la poli después.

Por suerte la poli llegó rápido, sólo me dio tiempo de sujetar a uno de los tipos, pero los dos tenían los pantalones abajo, uno incluso tenía puesto un preservativo, y el chico los suyos desgarrados y nos llevaron a la estación de policía, nos tomaron declaración y el chico me pidió pasar un rato conmigo, los policías me dijeron que no habría problema porque después de todo lo salvé y fue por pura casualidad que yo estaba allí, aunque a todos nos sorprendió que no se quisiera ir con sus padres, que sólo enviaron a su abogado con un poder para resolver como su tutor legal debido a que ellos no podían presentarse por razones de trabajo. Le pregunté a Edu, como se llamaba el joven, y accedió a que los chicos vinieran a casa, dijo que si yo confiaba en ellos, él se sentía seguro. De camino a mi casa entramos a ...

... una tienda y le compré unos pantalones para que no esté con la ropa rota, lo que él más necesita es sentirse respetado y esa ropa no ayuda.

Edu

Creo que debo presentarme, ¿no? Pues ni nombre es Eduardo, tengo 17 años, mis ojos son cafés, mi piel blanca, el cabello negro, soy un poco bajo, pero no mucho, igual estoy en la estatura media, generalmente soy un chico alegre, pero no es buen momento, creo, acabo de empezar el segundo año de bachillerato y me gustaría estudiar derecho, como es algo que me apasiona, desde ahora me pongo a ello.

Este chico que me salvó, Ramón, me llevó a su casa, como se lo pedí y poco después llegaron sus amigos, cinco chicos y dos chicas, todas parejas homosexuales, lo que me dice que al menos no me juzgarán por la violación, además, dos de los chicos se acercan bastante a mi edad, lo que me hace sentir más cómodo y es curioso que otros dos parezcan mellizos, si los miras bien, te das cuenta que no son siquiera familia, pero si los ves caminar por la calle te quedas con la espinita.

Ramón y uno de los “mellizos” sirvieron bebidas para todos y se aseguraron que todos estuviéramos cómodos e insistieron en que yo me sintiera bien con la situación.

- Edu, yo ya le expliqué a los chicos lo sucedido, no hace falta que revivas eso, ya fue suficiente con lo sucedido con la poli, pero hay algo que me llama la atención: ¿por qué me pediste venir conmigo y no te fuiste a tu casa?

- Es sencillo, mis padres nunca están en casa, siempre estoy solo ...