Chantaje a nuestra maestra de escuela
Fecha: 28/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: xxc, Fuente: CuentoRelatos
... misterioso, y entonces pasó a la siguiente foto.
Todos nos quedamos mudos. La seño Vane aparecía en la siguiente foto, en pelotas, parada, con las manos contra la pared, con la cabeza girando, mirando a la cámara, con la risa de puta fiestera que nosotros ya conocíamos.
- La seño Vane. – dije yo, y en un ridículo ataque de indignación agregué. - ¿Pero no está casada? ¿Qué hace con el profe Gustavo?
- Que importa – Dijo Rodri, que había estado bastante callado observando todo.
Juan tenía cinco fotos más, en todas se la veía desnuda, haciendo poses eróticas, o siendo penetrada por el profe Gustavo.
- ¿Qué me dicen? – preguntó Juan, triunfal.
- Te habrás hecho veinte mil pajas. -acoté yo.
- ¿De dónde las sacaste? – quiso saber Rodri. Pero antes de que Juan pudiera decir algo, Marcos, con expresión resuelta, comentó.
- Esto nos puede servir. – Lo dijo casi en un susurro, como diciéndoselo a sí mismo, y después lo repitió más fuerte para todos nosotros. – esto nos puede servir.
- ¿Para qué? – pregunté yo, que ya intuía que se traía algo entre manos.
- Para extorsionarla. – Dijo Marcos, usando una palabra que nunca estuvo presente en nuestro vocabulario, pero que sin embargo resumía muy bien lo que imaginaba, y nos ahorraba tiempo y explicaciones. Todos entendíamos qué era lo que le pediríamos a cambio de devolverle esas fotos.
Suspendimos la salida al pool y nos quedamos toda la noche elucubrado el plan.
Juan había confesado, que su hermano ...
... menor, quien era alumno actual de la seño Vane, también era amigo de lo ajeno, y en una ocasión, cuando tocó el timbre del recreo, la seño se había olvidado la cartera en el aula, y él, metiendo mano en ella, se hizo del celular, encontrando ese tesoro de valor incalculable. El chico no se había avivado de ver las fotos o leer los mensajes, sólo pensó en los mangos que podía sacar para comprarse unos cuantos porros, y le confío a su hermano Juan el aparato, para que lo vendiera.
La suerte había jugado a nuestro favor, y ahora habría que saber actuar para sacar el mayor beneficio.
Yo estaba bastante borracho, y al otro día recordaría todo lo que se habló como delirios de cuatro pibes en pedo. Pero esa noche, discutí con la misma convicción que ellos, sobre cómo sería la mejor manera de encarar a la seño, y explicarle que nuestro silencio tenía un precio, y ese precio era ella.
El celular también tenía mensajes de texto muy íntimos entre ella y su amante. Aunque, de todas maneras, las imágenes hablaban por sí sola.
Juan nos pasó las fotos a todos, para, en caso de que su celular se pierda, tener varias copias de respaldo.
El plan era simple, averiguaríamos dónde vivía la seño, iríamos a visitarla, y una vez solos con ella, le explicaríamos, calmadamente, que si no hacía lo que le pedíamos, destruiríamos su vida. Su matrimonio se terminaría, y la echarían de la escuela.
Había muchos cabos sueltos que atar, ni siquiera sabíamos si todavía seguía casada, por lo que ...