Perra en celo. Mis memorias II
Fecha: 23/01/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Sexo en Grupo
Tabú
Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster
... quedé petrificada, o sea que yo era la perra a la que iba a meter en esa jaula. “Pero.., o sea, no sé” No me salían las palabras, no sabía que decir. Él volvió a hablar, “no temas, solo tienes que empezar por acercarte a ellos, jugar, tocarles, acariciarles, correr a su lado, pronto te tomarán por una de ellos. Te aseguro que cuando así sea experimentarás un mundo de placeres que nunca habrías sospechado. Es muy importante que todo el tiempo que estés dentro asemejes su comportamiento lo más posible al de ellos, correr, comer, hacer tus necesidades, dormir, todo lo harás ahí dentro con ellos, y además desnuda, como están ellos”.Todo lo que decía me sonaba alucinante, pero no sé por qué me excitaba, me notaba cada vez más caliente. Uff, follada por perros, ocho perros enormes queriéndome montar, menuda experiencia. Esto sí que no lo esperaba. Carlos me ayudó a desnudarme, recogió mi ropa y la dobló cuidadosamente, mientras me dijo, “ponte a cuatro patas”. Le obedecí. Al ver mi espalda curvada y mi culo elevado resopló y dijo, “estoy seguro, serás la perra perfecta”. Antes de abrir la jaula me dijo, “espera, falta un detalle”, abrió un bote, se echó un líquido en las manos y empezó a frotarme con él, la grupa, las piernas, los muslos, el culo, mis tetas, que tenían los pezones endurecidos, me untó bien el ano y también el coño, que estaba ya completamente empapado por mis propios jugos. Me dijo “ahora sí”, abrió la jaula, me dio dos azotes para que empezara a andar y entré. ...
... Cuando cerró tras de mi me giré y le pregunte “por curiosidad, ¿qué era eso?”, “una ayudita para que te consideren de ellos, pis de perra en celo”A cuatro patas, oliendo a pis de perro, encerrada en una jaula con ocho fieras que seguro querrían montarme antes o después, me sentí extraña, muy extraña, una mezcla entre humillación y deseo, entre ansia porque aquello terminase y por disfrutar cada instante a tope. La voz de Carlos me llamó desde fuera de la jaula, “Linda, Linda, no te preocupes por lo de la grabación para tu marido, no se va a perder nada” y me señaló alrededor de la jaula un montón de cámaras que rodeaban el recinto.Cuando volví sobre mí, vi como los ocho perros se habían acercado ante la novedad. Rápidamente me rodearon y empezaron a lamerme y a olerme. Sentí un poco de miedo, pero a la vez, me sentía en un estado de excitación como nunca antes había vivido. Uno de los labradores metió su hocico de lleno entre mis piernas, yo las abrí ligeramente para dejarle hacer, sacó su lengua y me dio un lengüetazo, me estremecí, siguió lamiéndome y noté que me gustaba, abrí más mis piernas y arqueé la espalda, él seguía lamiéndome sin parar. Inmediatamente uno de los mastines, ladró, empujó al labrador y trató de montarme. Ese ladrido fue como el pistoletazo de salida para la orgía de ladridos y aullidos amenazadores que se empezaron a dedicar entre ellos. Todos me querían montar, me relamían, mordisqueaban, pero a la vez tenían que zafarse unos de otros. Yo allí en medio, ...