descubriendo a mami azucena
Fecha: 25/05/2021,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Leonela V, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Descubriendo a mami
Mi nombre es Jennifer Leonela Vargas Duarte, vivo con mis padres en una urbanización de Biruaca, Estado Apure, Venezuela. Mi madre se llama Asucena Duarte, es una mujer muy bella, a pesar de su edad, mi padre casi siempre fuera por su trabajo, lo que hace que mi madre y yo pasemos mucho tiempo juntas y solas en casa. Mi madre es una mujer muy emprendedora segura de sí misma y ayudaba a las personas. Desde pequeña, nunca dejo se ser cariñosa conmigo, me sabia escuchar, hablaba conmigo y me entendía, me abrazaba siempre que podía, me consentía en todo, siempre me apoyaba en lo que quisiera hacer, a pesar que ser una madre trabajadora. Ella es abogada de una fiscalía y es una mujer muy respetada y a pesar de que le apasionaba su trabajo, ella siempre me daba el primer lugar en su vida.
Mi vida era el colegio y la casa, mientras fui madurando fui notando que mi cuerpo reaccionaba con sensaciones inesperadas ante la interacción con otras chicas, especialmente en clases de judo, mi respiración cambiaba al ver mis compañeras en su trajes apretados, miraba más de la cuenta la entrepierna de mis amigas en pantaletas, mi piel se erizaba al ver esos pechos y traseros apretados, mis pezones se endurecían al abrazar a mis amigas del curso y mi cuquita se mojaba al verlas haciendo estiramientos, sentía mucha confusión y algo de vergüenza de que me descubrieran. Disimulaba lo más que podía, a veces pensaba en dejar de ver pero deseaba ver, lo hacía, me ...
... desconcentraba con facilidad al ver mis compañeras en sus movimientos algunos muy eróticos para mis deseosos ojos.
Mi mayor problema fue en los cambiadores, donde las chicas por nuestra confianza y nivel de amistad nos desnudábamos sin ninguna vergüenza, era mi deleite ver los cuerpos de mis juveniles compañeras de lección, algunas sudaban mucho iluminando todo su cuerpo con un brillo alegre sobre cada centímetro que dejaban al descubierto, emergían emociones extrañas al sentir el aroma de mujer, y era recurrente sentir punzones en mis partes íntimas al estar semidesnuda a veces a pocos metros de otra chica semidesnuda.
Y yo no daba razones para sospechas, era una de las chicas más femeninas del grupo, mi grupo estaba cargado de chicas bellas, con cuerpos desarrollados, pero yo era la más admirada y siempre me gusta ser la más hermosa y mejor vestida.
Sin embargo en ocasiones, aprovechaba algunas bromas en los vestidores para acercarme y palpar a mis amigas más íntimas, con el pretexto de masajes aprovechaba para pasar mis manos por hombros, espalda, incluso lograba rozar senos de mis confiadas amigas.
Y a diferencia de las otras chicas, “accidentalmente” dejaba ver mis senos y depilada cuca en varias ocasiones. En algunas chicas miraba su cara de asombro al verme perfectamente depilada y más de una elogiaba mis atributos. Sin embargo ninguna aparentaba mayor interés por las mujeres y por otro lado constantemente hablaban del sexo opuesto. Un interés que no compartía, y me preocupaba, ...