... sorprendida, sin saber que hacer, cuando dormido aún dio un giro brusco hacia mi lado dejando aquel falo, que no perdía su erección, apuntándome desafiante, sentí la necesidad de no ser descubierta por Javier y con la mayor cautela, volví a acostarme dándole la espalda a Javier y su dicha, no podía volver a dormirme, me mataba la curiosidad, la ansiedad, la vergüenza, tanto que se me cortaba la respiración, me sentía agitada, alterada, intranquila, inquieta.Totalmente obnubilada ya, sin darme cuenta, ni pretenderlo, me fui subiendo el camisón hasta que me quedo a mitad de mis nalgas, y con la mayor prudencia posible empecé a retroceder, solo con la intención de rozar aquella maravilla de la naturaleza, tal fue mi suerte que cuando logre mi cometido aquel falo estaba a la altura de la mitad exacta de mis 2 nalgas, al sentir llegar a destino allí me quede quieta un buen par de minutos, pude comprobar lo que intuyo mi mano, aquel miembro ardía, quemaba, abrasaba; esta situación me hizo empezar a agitar más de lo que ya estaba, me nublaba la razón, como consecuencia me sentía humedecer después de años y años, no quería pero me enloquecía aquella situación, me sentía una adolescente excitada, casi instintivamente con toda la precaución del mundo, comencé a dar movimientos leves, muy leves con mi cola, hacia arriba y hacia abajo, me moría de vergüenza de saber que Javier podría despertarse y encontrarse aquel panorama, no sabia ni podía intuir cual iba a ser su reacción, si así ...
... ocurría, pero la vergüenza no detenía mi excitación. Así seguí dándole un leve y cauto, pero satisfactorio para mi, masaje con mis nalgas a aquella enormidad, esta situación me hacia mojar, chorrear, empapar tanto que ya sentía mis flujos en los labios superiores de mi vagina.Si no hubiera ocurrido lo que ocurrió, no tenia idea de como iba a terminar aquello, solo sabia en ese momento, que me encantaba la situación. Seguía en mi tarea, de autosatisfacción cuando sentí que aquel miembro sin perder su llamativo vigor se deslizaba raja abajo y empezó a atravesar entre mis muslos, que aun estaban unidos, quedando prisionero entre mis piernas, totalmente pegado a mi encharcada vagina sin penetrarla, quede pasmada, sorprendida, patidifusa, boquiabierta, aquello no había sido casual, impensado, imprevisto, fortuito, accidental, no quería girar mi cabeza, ni mirar a Javier, que estaría pensando?, que diría?, que querría?, mi cabeza volaba pensando mil preguntas y mil respuestas, quería que aquello terminara o fuera un simple sueño, pero no, una mano recorrió por debajo de las sabanas, levanto un poco más mi camisón, acaricio mi nalga derecha y fue bajando lentamente por mi muslo hasta que dio la extensión de su brazo y volvió a subir acariciando.La situación, era excitante a la vez que incomoda, el miedo de hallarme totalmente descubierta me dejo tiesa, sin movimiento ni respuesta, así hasta que la misma mano que me acariciaba nalga y muslo dejo de hacerlo para agarrar aquel miembraso y ...