1. Debajo de la cobija con mi cuñado


    Fecha: 09/01/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: MariaYute, Fuente: CuentoRelatos

    ... interior de mi muslo con su mano; cuando la sentí próxima a mi vagina retiré la pierna y, él libre del obstáculo, se acomodó a mi lado y se cubrió con la cobija.
    
    -No podes hacer esto... soy tu cuñada... por favor ándate – pseudo protesté sin amagar separarme o interponer mis manos entre su cuerpo y el mío.
    
    Su mano derecha reanudó su excursión y llegó a mi concha sin oposición, mientras me besaba en la mejilla ya que yo giré la cabeza a último momento.
    
    -... dame un beso, nena, los dos lo necesitamos, no sabés la erección que me provocaste… tanteá- me ofreció los labios. Simulé protestar una vez más:
    
    -es una locura... no debemos, es una canallada… - fue mi última objeción.
    
    -será, sin duda no es intachable... pero me muero por vos... -esta vez no le retaceé los labios y nos fundimos en un beso ardiente y prolongado, y mi mano fue a verificar la dureza, declamada, del bulto de Juan.
    
    Por fin se me daba: estaba transando con mi lindo cuñado.
    
    De ahí en más, en rápida y febril sucesión, me despojó primero de la parte superior del pijama y me dio calurosa atención a las tetas chupándolas con fruición. Acto seguido cayeron al piso, sin solución de continuidad, mis dos prendas íntimas inferiores: pantaloncito pijama y bombacha. Mediaron algunos segundos de besos en la boca, en el cuello y en la tetas y de caricias en la cachucha mojada por el deseo.
    
    Se desnudó y subió entre mis piernas abiertas de par en par. Yo manoteé su verga de fuste – tiesa, lista – y la ...
    ... acomodé en el umbral. Me penetró, con vehemencia. De ahí en más me cogió, como “sobreviviente que vuelve de la guerra”: ardiente, desbordante de pasión, impetuoso, Yo no me le quedé a la zaga, con apetito inmoderado de él, movimientos de pelvis, contorsiones y violenta exaltación. Cogimos apasionadamente durante no sé cuantos minutos. Detectó cada uno de mis dos orgasmos y me tapó la boca con una mano para sofocar mis gemidos, suspiros y cualquier otra manifestación sonora del goce.
    
    Por último explotó dentro de mí. Su spray de semen me alucinó. Por suerte tomo anticonceptivos, de no, imposible que semejante horda de espermatozoides no me dejara embarazada.
    
    Nos quedamos abrazados, con la verga perdiendo rigidez dentro de mi, intercambiando besos y halagos.
    
    Al cabo, cuidando el nivel de ruidos, fuimos a higienizarnos por turno. Esperé que saliera del baño nos besamos y volvimos a nuestras respectivas camas,
    
    Con variantes -dos cogidas en lugar de sólo una, sexo oral recíproco – un maestro con la lengua, bocado exquisito su pene en mi boca -, breves interludios de sexo anal, la rutina se replicó durante tres días.
    
    Transcurridos cuatro días a contar del primer polvo, volví a mi casa con mi marido y mis hijas. Me reemplazó nuestra madre en el apoyo a Lorena hasta su restablecimiento completo.
    
    Posteriormente, con Juan, tuvimos una excursión a un hotel para parejas. Sin la condicionante de Lorena y sus nenes, durmiendo en ambientes contiguos, ambos nos convertimos en ...