Transparencia pública
Fecha: 30/12/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: muchosmasque2, Fuente: CuentoRelatos
A mi esposa y a mí, nos encanta y excita mucho tener juegos sexuales y entre todos esos juegos, nos gusta exhibirnos. Nada realmente extremo que nos pueda llegar a exponer demasiado, pero si lo suficiente para poder jugar entre nosotros y calentarnos. Así es que decidimos ir a una fiesta electrónica, tomar unas pastillas y ver que surgía durante la noche. A mí me gusta mucho la lencería y a ella le gusta mucho vestir la para mí, así que elegí su ropa interior para esta noche.
Para la parte de abajo le di una micro tanga blanca de encaje, que apenas cubre su concha y al estar totalmente depilada puedo vérsela a través de la tanga, lo cual me vuelve loco. Para la parte de arriba le di un corpiño negro de encaje con unas tiras que sube en diagonal, que apenas dejaba ver sus hermosos y grandes pezones. Aprovechando que ya veníamos fantaseando y calentándonos hace unos días, le pedí que se ponga una remera que es semi transparente por delante y que deja entrever su corpiño. Ella lo dudo, pero como además de eso iba a tener un abrigo liviano por encima para estar por la calle termino aceptando.
Yo de solo verla como se peonia la ropa que le había elegido me puse a mil y no me aguante, la agarre por detrás y le empecé a manosear las tetas por arriba de la ropa, le apoye mi pija dura en la cola y sin más le corrí la tanga al tiempo que la empezaba a masturbar con la mano. Ella hizo un intento para sacarme pero yo me baje el calzoncillo y le apoye la cabeza de mi pija dura en ...
... la entrada de su mojada concha, su resistencia disminuyo y aproveche para meterle la pija lentamente hasta el fondo. La empecé a coger con embestidas bien duras, mientras le comía el cuello y le manoseaba las tetas como si nunca lo hubiese hecho, ella gemía mientras me pedía que pare.
Solo necesitaba sentir su concha mojada en mi pija, así que después de darle un largo beso en la boca y unas embestidas para el camino, se la saque y le volví a acomodar la tanga. Nos terminamos de vestir y salimos para la fiesta.
El lugar estaba bueno, si bien había mucha gente, no era asfixiante, además el ambiente estaba muy tranquilo, la gente bailaba y disfrutaba sin molestar a nadie y eso nos permitía estar relajados. Fuimos a la barra, compramos unas aguas, nos tomamos media pastilla de éxtasis cada uno y nos pusimos a bailar. La cosa fue subiendo de a poco, empezamos tranquilos esperando que la pastilla suba, mirando a la gente y al ambiente, las luces estaban bajas lo cual era excelente para poder mirar a mi mujer descaradamente. Bailábamos muy cerca y yo no perdía de vista su corpiño que se dejaba ver a través de la remera, verla y pensar que otros la podían ver también, me gustaba mucho, aunque ella a veces estaba medio incomoda. Pero eso no duro mucho, cuando la pastilla empezó a subir, nuestro morbo y calentura también.
De a poco en nuestro baile empezó a haber más contacto, yo la agarraba de la cintura y la acercaba para besarla y bailar pegados, o mismo ella se pegaba a mí ...