DANIELA - Relatos Eróticos

DANIELA

... quite?- Le pregunto.
-Sí, para que estés más cómodo.- Me dice ella.
No me pregunta ¿por qué esta mojado mi bóxer? ella solo quiere que me lo quite. Me separo un poco de ella y me despojo de mi prenda húmeda por el goteo de mi liquido pre seminal, luego me acomodo de nuevo y ella hace lo mismo, solo que ahora mi trozo de carne se acomoda con fuerza entre sus nalgas. Unos segundos después ella comienza a mover despacio sus caderas, acomodándolas a modo de que mi trozo de carne se meta entre sus nalgas, de adelante y atrás, tallándose bien rico.  De a poco va moviéndolas un más y más, unos minutos después, se detiene y se gira de frente a mí, me abraza con fuerza y sube su pierna derecha sobre mi cadera, al tiempo que acomoda su empapada frutita con mi trozo de carne, empieza a mover sus caderas, siento como mi trozo de carne camina y abre su tierna rajita, sus íntimos labios se separan y ella se aprisiona con más fuerza a mi cuerpo, haciendo que sus tetitas se aprieten contra mi pecho. Es tanta la excitación que me ha provocado que mis caderas se empiezan a mover al mismo ritmo que las de ella. Su respiración es acelerada de nuevo que gime suavemente a cada movimiento de sus caderas. Mi mano izquierda la toma de su nalga y la jalo con fuerza contra mí ya que parece que esa posición la va cansando, pero que desea seguir.
-¿Quieres que te ayude princesa?- Le pregunto al oído mientras le doy un beso en su mejilla.
-Si papi, ayúdame.- Me contesta.
Entonces la abrazo y la ...

... hago hacia arriba de mí, le digo que separe sus piernas y la jalo un poco hacia abajo, presionándose más fuerte su frutita con mi trozo de carne, entonces las junta, mientras yo separo mis piernas y con mis manos la tomo de sus nalgas, apoyo los pies sobre la cama y comienzo a mover mis caderas de abajo hacia arriba, tallándose con más fuerza mi trozo de carne en su frutita mientras ella me abraza con fuerza. 
Es una delicia sentir como lo largo de mi carne abre sus pequeños labios íntimos y se pasea por lo largo de su cuevita caliente y chorreante. Esta próxima a una nueva venida, su respiración es más fuerte, sus gemidos son más ahogados y sus caderas se mueven con fuerza, hasta que estalla y siento como mi carne se empapa de sus mieles y chorrean a lo largo de ella bajando por mis huevos. Un rato después exploto y mi leche cae sobre sus nalgas, piernas y espalda, así como sobre mis manos. Sin dejar de mover mis caderas le unto mi leche en sus nalgas que quedan cubiertas de ella, sigo por la parte posterior de sus muslos y luego con su espalda sin que a Daniela le moleste, sino al contrario, mueve suavemente sus caderas. Levanta la cara y me da un beso de piquito algo prolongado mientras sigo untando mi leche por su cuerpo. Su respiración poco a poco se va tranquilizando, así como el latido de su corazón. Recuesta su cabeza sobre mi pecho y ahí se queda, con mi hombría relajándose entre sus piernas. Así nos quedamos dormidos, destapados y con ella sobre mi pecho, hasta no sé ...