El vagabundo y su dama 3.
Fecha: 30/01/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... empanada, puso varios trozos en un plato, cogió una de las cervezas que yo había abierto, y cómo allí nada más había una banqueta para sentarse, abrió una puerta que daba al patio trasero de aquella casa. Ven, vamos a comer aquí mientras escuchamos la radio, me dijo. Me levanté de la banqueta saliendo tras él.
Salimos a aquel patio trasero de la casa, sentándonos en el poyete que había pegado a la pared de la misma. Apoyó el plato con los trozos de empanada en aquel poyete de cemento, diciéndome que me sentara allí. Aquí podemos sentarnos los 2, y escucharemos igualmente la radio.
Allí me senté, mientras iba ojeando con curiosidad todo el patio y la parte trasera de otros edificios que se veían desde allí. Tomé un trozo de empanada que me pasaba el vagabundo, poniéndome a comer mientras seguía observando los edificios que nos rodeaban.
Cuando terminamos con aquella empanada, me dijo si quería más. Le conteste que por ahora no, pero que quería otra cerveza. Se levantó llevando el plato vacío, trayendo cuando volvió otras 2 cervezas, una me la pasó a mí, y la otra la abrió empezando a beber de ella.
Estando allí sentados, se arrimó a mí, y mientras bebíamos aquellas cervezas y escuchábamos el sonido de la radio que se oía de fondo, llevó su boca a mi cuello, empezando a mordisquearme mientras me susurraba como le gustaba, y cómo me iba dejar embarazado.
¡Ay mi damita! Que bueno estás, te voy a abrir el culito con mi polla durante toda la noche, y te voy ...
... a dejar embarazado con mi lechita. Me iba susurrando mientras mordisqueaba mi cuello, y con sus manos me iba metiendo mano.
Yo ya empezaba a estar cachondo, poco a poco la polla se me iba empalmando con aquellos mordiscos que me daba en el cuello, y las caricias que me hacían sus manos. Llevé mi mano a su polla, notando que ya la tenía dura y tiesa. Empecé a acariciarla por encima del pantalón, hasta que le empecé a desabrochar el cinturón, y irle desabrochando luego el pantalón, hasta que pude sacarle la polla de fuera.
Dios, ya se mostraba la polla del vagabundo hinchada, asomándosele el glande enrojecido cómo una fresa madura. Llevé mi boca a aquel manjar que se me mostraba, y sacando la lengua, se la pasé por la punta de aquel falo que sujetaba con mis manos. ¡Ohhh! Gimió el vagabundo, al notar pasar mi lengua por la cabeza de su polla. Volví a pasar mi lengua por la punta del glande, metiéndola luego por la piel del prepucio, haciéndole soltar más gemidos al vagabundo, ¡ooohhh mi damita! Decía llevando sus manos a mi cabeza, empujándola para que tragara toda su polla.
Empecé a chuparle el glande y pasarle la punta de la lengua por dentro de la piel del prepucio, haciendo que él siguiera soltando gemidos, y empujara con más insistencia mi cabeza para meterme toda su polla dentro de ella.
¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que bien la chupas! Gritaba empujando mi cabeza para meterme más su polla. ¡Cómela toda! Anda cómetela toda, decía mientras seguía empujando ...