Cuando llegué a mi casa después de haber llevado las bolsas al vagabundo y haber estado siendo follado por él, lo primero que hice fue ir a darme una buena ducha de agua bien calentita.
Luego de ducharme me puse un pijama, llevé la ropa que traía a lavar, y me senté para comer.
Después de haber comido, fui para la sala, encendí la televisión tumbándome sobre el sofá, poniéndome a ver la tele. Poco pude ver ya que al poco de tumbarme, quedé grogui. Vamos que me eché una siesta de campeonato.
Antes de que dieran las 8:30 de la tarde, marché de casa dispuesto a recoger la empanada que tenía encargada. Una vez recogí la empanada, fui a la cafetería donde solía parar, tomar algo mientras esperaba que dieran las 10 de la noche, e ir junto a el vagabundo cómo habíamos quedado.
Estuve tomando unas copas mientras leía el periódico, veía el partido de fútbol que echaban por la televisión, y charlando con varios amigos, hasta que dieron las 10 de la noche, que fue cuando después de pagar y despedirme de varios amigos, me fui con la empanada a la cita que tenía con el vagabundo que tan rico me daba por el culo.
En menos de 10 minutos ya estaba en la puerta de la casa donde dormía el vagabundo que tan bien me follaba.
Tenía la puerta abierta, estaba terminando de colocar unos palés de madera que tenía sobre el carrito que usaba, cuando llegué. Hola, saludé al verlo allí.
Se giró para ver quién era, nada más verme, con una sonrisa en la boca me ...
... devolvió el saludo. Tiró de una mano por mí haciéndome pasar, cerrando la puerta tras haber entrado.
Ven, pasa para la cocina y espera que termino de colocar estos palés que acabo de traer.
Pasé para lo que llamaba cocina, dejé sobre la mesa la empanada que traía, sentándome sobre una banqueta que allí había.
Mientras esperaba que terminase de guardar los palés de madera, me fijé que sobre la mesa estaba el radio casete, lo cogí encendiéndolo para sintonizar una emisora. Ya empezó a sonar el partido que estaban radiando, nada más encenderlo. Lo dejé donde estaba mientras esperaba que viniese el vagabundo.
¡Bufff! Exclamó el vagabundo viniendo a donde yo estaba, menos mal que me dio tiempo a llegar antes de que llegases, dijo acercándose a mí, abrazándome por la espalda y llevando su boca a mi nuca y cuello, dándome pequeños mordiscos.
Me estremecí al notar su boca sobre mi nuca, echando mis manos atrás sujetándolo por las piernas.
Oh mi damita, que noche vamos a pasar los 2 juntitos en la cama. Te voy a dejar embarazado, te voy a hacer mi damita toda la noche.
Vamos a beber algo que tengo sed, y luego nos vamos para la cama mi amor, me decía besando y mordisqueándome el cuello y nuca.
Traje empanada, y más cervezas, así que si quieres podemos empezarla y cenamos mientras bebemos las cervezas, le dije.
Como tú quieras, mi damita. Fue a por un cuchillo y cortar la empanada, mientras yo abría 2 cervezas.
Cuando hubo cortado la ...