La reeducación de Areana (9)
Fecha: 20/11/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... contacto. Mi nombre es Elena. ¿Cuál es el suyo?
-Liliana. –contestó la mujer mientras le entregaba a Areana la credencial plastificada y aprovechaba para deslizarle una caricia en la mano.
-Gracias, señora. –murmuró la niña y guardó el plástico en el bolso con gesto nervioso.
-Nos veremos, Liliana. –dijo Elena en la puerta del local.
-Así lo espero. –remató la mujer.
Poco más tarde, ya en el departamento de Elena, ésta le ordenó a la niña:
-Dame ese bolso y seguime en cuatro patas, perrita.
-Sí, señora Elena. –y Elena la condujo al cuarto de servicio.
-Bueno, acá vas a dormir y a estar en los momentos en que yo no te necesite. Ahora desnudate.
-Sí, señora. –y Areana se desvistió para luego meter todas las prendas en el bolso de mano, según lo que Elena acababa de ordenarle.
-Dame el collar. –y cuando lo tuvo se lo colocó a la sumisita.
-¿Sabés? No te concibo de otra manera que con tu collar de perra. Guardá el bolso en el placard.
-Sí, señora Elena. –dijo la niña y obedeció la orden mientras una mano de Elena en su cola la hacía estremecer. Sintió que otra mano le apartaba el pelo y luego una boca tibia se deslizaba por su cuello, por su hombro derecho, otra vez por su cuello haciéndola temblar y gemir mientras esa mano seguía acariciando sus nalgas. Areana había empezado a mojarse cuando de pronto Elena le murmuró al oído:
-Al baño en cuatro patas, perrita puta…
-Sí, señora Elena… -musitó la niña y Elena tomó la cadena del collar ...
... para conducirla a destino.
En el cuarto de baño Elena sacó del botiquín una pera para enemas y la colmó de agua tibia.
-Cara en el piso y culo bien arriba, nena. –le ordenó a la sumisita. Una vez que la tuvo en esa posición embadurnó la punta de la pera y el ano de Areana con vaselina.
-¿Qué sentís, perrita? –le preguntó.
-Me… me siento caliente, señora Elena…
Elena sonrió, satisfecha y excitada también:
-Sos muy puta, pendeja y eso está muy bien, pero tenés que serlo mucho más, tenés que ser muuuuy puta…
-Sí… sí, señora Elena, sí… tengo que ser muy, muy, muy puta…
-Ya con Amalia nos vamos a ocupar de que lo seas, pendeja. –dijo Elena e inclinándose al costado de la sumisita comenzó a acariciarle los pezones, que entre sus dedos se fueron endureciendo e irguiéndose rápidamente mientras la calentura hacía brotar largos gemidos de la boca de Areana.
-Bueno. –dijo de pronto Elena interrumpiendo el juego y colocándose de rodillas tras la ofrecida grupa de la niña, pera en mano. Dirigió la punta hacia el objetivo, la apoyó durante un segundo en la diminuta entradita y la hundió enseguida al par que comenzaba a apretar la pera hasta vaciar el agua caliente en el interior de ese delicioso culito adolescente. A medida que el agua la inundaba, la niña se sentía incómoda, como si de alguna manera la estuvieran inflando, pero era precisamente esa sensación desagradable e inclusive humillante la que la excitaba morbosamente.
Ya con la pera vacía, Elena le ...