EL PARQUE DE LAS DELICIAS - Relatos Eróticos

EL PARQUE DE LAS DELICIAS

... caliente!, aún hoy cuando recuerdo esto, me pongo a mil! luego comenzó a meter su verga, mi culo se fue tragando poco a poco aquel pedazo ardiente, me llenaba, y como lo dije antes, aunque no era un enorme pene, hacía muy bien su trabajo produciendo en mí gemidos de placer.
Estábamos metido en dar y recibir placer que no nos dimos cuenta cuando apareció otro hombre, me percaté de lo que estaba ocurriendo cuando el nuevo hombre estaba casi encima mío con su verga agarrada por su mano. Qué podía hacer más que inclinarme y comenzar a chupar lo que se me ofrecía y así lo hice.  El miembro de este macho era grande, grueso me volvió loco de inmediato, pero no quise ser irrespetuoso con mi otro amante, así es que me dediqué a chupar aquel trozo de carne, meterme los huevos en mi boca y dejar que el otro siguiera metiendo su verga dentro mío. 
Moví mi cuerpo con furia, mi calentura era total, quería que se corriera dentro mío y  que el nuevo macho ocupara su lugar, así ocurrió, el primer macho lanzó un gemido corriéndose en mi culo, el hombre daba sorpresas, porque su pene, que no era el pene de revista porno o de fantasías de todo gay, estaba muy cargado y lanzaba y lanzaba chorros de semen dentro mío, me volvía loco aquello, me encanta sentir cuando un hombre descarga su leche y se escurre en el interior caliente del culo. Este hombre no paraba, aunque mi hoyo apretaba fuerte su pene, sabía que la leche estaba escurriendo hacia fuera, porque caía por ...

... mis piernas,  con un movimiento rápido saqué esa rica verga y la metí en mi boca, el otro hombre llenó el agujero en llamas de mi culo. Saboreé la leche que seguía emergiendo de la verga del macho, la tragaba con dificultad porque era mucha, hasta que por fin dejó de emanar de su deliciosa fuente. El  otro macho me tenía empalado, su verga entraba toda, me llenaba por completo. Estaba desnudo entre dos machos, uno me daba miembro por la boca y el otro por el culo, gemía agarraba mis nalgas abriéndolas más para que entrara todo ese fierro, tampoco quería dejar escapar el pedazo que tenía en mi boca, y aunque ya no expulsaba leche, jugaba con el entre mis labios o me metía sus bolas grandes, cubiertas  de pelos.
Sentí que mi macho temblaba y gemía con fuerza, sin duda estaba por correrse y así fue, la leche caliente me inundó, que delicia!
tampoco aguanté más y mi leche saltó hacia el pasto. Nos quedamos los 3 allí un momento, en silencio, luego cada uno se vistió y se fue por su lado.
Mientras me acomodaba en le asiento de la micro, sentía que la leche de aquellos hombres salía aún de mi hoyo y manchaba mi pantalón, no me importó, la micro iba casi vacía, así es que nadie se daría cuenta de mi situación. en algún momento pensé en lo que había ocurrido esa noche, no usé preservativo, qué pasaría si.., me quedé dormido. 
No pasó nada, ni en esa oportunidad ni después, y eso que tuve otras muchas aventuras en aquel parque de las delicias.