1. EL PARQUE DE LAS DELICIAS


    Fecha: 25/10/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Antonio, Fuente: drugsounds.ru

    Esta historia es real 100%, ocurrió hace harto tiempo atrás, tendría yo alrededor de 30 años. Estudiaba mi último año de universidad en la ciudad de Santiago de Chile. Por la noche siempre salía a discos gays, aunque lo que más me gustaba era vagar por la ciudad buscando hombres.
    En Santiago, en aquella época había varios lugares para encuentros públicos, aunque uno debía estar atento a la policía y a los delincuentes. Uno de esos era un parque extenso al costado del río mapocho, el parque forestal. Los fines de semana, sobre todo, y en verano podías ir a ese lugar y terminarías culeando o chupando una verga rica.
    Una noche en que había estado en una disco gay y terminé por aburrirme decidí ir al parque, andaba muy caliente, aún hoy que ya no tengo 30 años soy muy caliente. El asunto es que caminé y caminé fumando, por el parque y no se veía a nadie, era otoño, por lo tanto hacía un poco de frío, estaba por volver por donde había venido e irme a casa y terminar pajeándome en mi cama. De pronto, de entre lo arbusto emerge un tipo, la verdad es que no preocupé mucho si era joven o viejo, bonito o feo, estaba en esos días en que uno busca sólo un cuerpo para tocar, chupar, besar y entregar las nalgas. Estaba oscuro, el hombre se acercó hasta mí, mi espera se vio recompensada, pues era del tipo de hombre que buscaba esa noche, es decir, alguien que no me preguntara nada, que no anduviera con rodeos y se diera mil quinientas vueltas antes de decidir si quería sexo o no, al ...
    ... parecer estaba tan caliente como yo. Nos fundimos en un beso ansioso, ambos con olor a cigarro y alcohol, el desconocido inmediatamente agarró mis nalgas sobre el pantalón, mi calentura aumentó, yo agarré su miembro y en un abrir y cerrar de ojos lo tenía con los pantalones en los tobillos y su verga toda en mi boca, no era un pene grande o grueso, tampoco era algo diminuto, era mediano hacia pequeño y delgado, pero no me iba a andar regodeando a esas alturas, olía muy bien eso si. 
    Lo chupaba con desesperación, lo único que pensaba era en sacarle la leche y tragarla toda, ojalá sea potente,  y luego quiera meter su verga en mi culo, sería un buen final de noche, pensaba. El hombre me hizo poner de pie y continuamos besándonos mientras mi mano no dejaba tranquilo su pene, soy adicto al pene, debo confesar. Allí mismo me sacó la ropa, quedé desnudo y a su disposición, sabía que si aparecía la policía en ese momento sería mi fin, cómo iba a huir empelotas por el parque?, pero no me importó, estaba tan caliente, entregaba mi cuerpo a ese macho sin control, mordía mis tetillas, chupaba mi culo dejándolo lleno de saliva que corría entre mis piernas, besaba mis piernas, tiraba los vellos de mi pecho. volvía a besarme. El espectáculo que estábamos dando me calentaba aún más, pensar la posibilidad que alguien no estuviera mirando o que llegara la policía aumentaba mi excitación, me hacía temblar y no querer terminar. El desconocido se apoderó de mis nalgas, cómo chupaba mi hoyo ...
«12»