La vez que lo hice con mi padre (No hetero) - Relatos Eróticos

La vez que lo hice con mi padre (No hetero)

... tan generoso conmigo como lo fue con mi padre. Obviamente, el gen de la polla enorme se saltó una generación. La polla de mi padre tenía unos buenos 20 cm de largo, era firme y gruesa. 

Ahí estaba, perdido en el momento. Sus ojos se cerraron con fuerza, su cabeza se balanceó hacia adelante y hacia atrás mientras profundos gemidos escapaban de sus labios firmes. Su enorme polla erguida y orgullosa entre sus muslos peludos mientras trabajaba en un frenesí de caricias. 

Yo también estaba perdido en mis propios impulsos primitivos o me habría dado cuenta de que había abierto los ojos y podía verme en el reflejo del espejo tan bien como yo podía verlo. 

Su voz de tono grave retumbó en la realidad. 

"¿Qué coño crees que estás haciendo?" exigió saberlo. De pie en la puerta completamente erguido. Antes de que pudiera responder, grito: "¡Trae tu trasero aquí!" Agarrándome por el cuello, me obligó a entrar en su habitación y cerró la puerta rápidamente detrás de nosotros.

Tirándome sobre la cama, se alzó sobre mí. Mirándome fijamente, el objeto de mi fantasía estaba completamente erecto y sexualmente cargado. Mientras tanteaba su polla y sus bolas y las bailaba sobre mi cara, pregunto de forma burlona con cara enojada. "¿Te gusta lo que ves?" 

Tartamudeé incoherentemente por un momento, pero logré soltar. 
"P- puedo explicarlo, lo que pasó..."

"No necesitas explicar nada, creo que deberías ser castigado por espiarme". 

Me agarró y me hizo girar ...

... longitudinalmente sobre la cama. Se arrastró hasta la cama y pronto estuvo encima de mí. Por primera vez, sentí el calor de su polla apretada contra la mía mientras él recostaba su cuerpo sobre el mío. Pronto su lengua se abrió paso en el oscuro hueco de mi garganta mientras me envolvía en sus fuertes y poderosos brazos. Todo mi cuerpo se convirtió en un gran nervio que absorbía cada sensación y me hacía temblar de placer mientras saboreaba la sensación de su beso. 

Mientras intentaba terminar nuestro beso y elevarse sobre mí, mantuve mis brazos firmemente cerrados alrededor de sus hombros, sin querer que este momento terminara. Se las arregló para romper mi agarre y maniobró sobre mi pecho y, forzando mi boca a abrir, deslizó su polla caliente y palpitante, bolas profundamente en mi garganta ansiosa y hambrienta. Agarrando sus deliciosas mejillas cubiertas de pelaje, inhalé profundamente mientras trataba de tragar hasta el último centímetro. 

Naturalmente, ser follado por la cara por una polla de su tamaño induciría mi reflejo al vómito, pero me condenaría si algo malo hubiese sucedido en ese momento. Su enorme polla se deslizó sin esfuerzo por mi garganta. 

"Buen chico", proclamó sin aliento mientras bombeaba. "Sí, sí ... oh joder sí, chupar mi polla". Él ordenó. 

El tiempo parecía haberse detenido, ya que en ese momento estaba chupando la polla de mis sueños. 

La religión quiere que creamos que el deceo sexual en sí mismo es un pecado y que el incesto es la forma más baja ...