La vez que lo hice con mi padre (No hetero) - Relatos Eróticos

La vez que lo hice con mi padre (No hetero)

Según mi experiencia en la vida, en general la realidad rara vez está a la altura de la fantasía, sin embargo, en este caso en particular, simplemente voló la fantasía al infierno y de regreso.

He sabido desde que era niño la forma en la que me atraía mi padre. A pesar de las costumbres sociales de lo contrario, mi máxima fantasía era hacer el amor con el, nunca había sentido atracción por un hombre que no fuese el. 

No me pregunte por qué. Tal vez fue la emoción de comer la "fruta prohibida", o tal vez fue el hecho de que el hombre era la viva imagen de lo que quería ser en la vida, valiente, fuerte y con mucho dinero para gastar. De cualquier manera, siempre mantuve el secreto alejado de los oídos de mi padre. 

Muchas noches me acosté en mi cama, mientras él dormía justo al otro lado del pasillo acariciándome con fuerza hasta la eyaculación pensando en su cuerpo encima del mío. 

Muchas veces, ajustaba las persianas en la ventana del baño, de tal manera que cuando se estaba bañando podía pararme afuera de la ventana y verlo desnudarse y verlo disfrutar de su corrida mientras yo hacía lo mismo parado en una caja de madera en el patio trasero 

La fantasía se hizo realidad, un sábado por la mañana a principios de la primavera. Tenía 16 años en ese momento, y era un desconocedor en cuanto al sexo se tratase. 

Mi madre había ido de compras y mi hermano menor se habían ido con ella. Yo había estado calle abajo en la casa de un amigo. Llegué a casa antes de lo ...

... esperado y cuando entré a la cocina a través del garaje, la casa estaba en silencio, ni siquiera se podía escuchar el sonido siempre presente de la televisión. Salí al pasillo desde el comedor, escudriñé la sala y no encontré a mi padre por ningún lado. 

La habitación de mis padres estaba en el otro extremo del pasillo, justo enfrente de la mía. Pronto escuché sonidos inconfundibles de naturaleza sexual. 

Arrastrándome sigilosamente como por el pasillo, me acerqué a la puerta de mis padres, que estaba entreabierta. Al mirar, pude ver claramente el reflejo de mi padre en el gran espejo de su cuarto. Estaba acostado desnudo extendido sobre la cama. Totalmente expuesto en todo su esplendor, estaba masajeando sus testículo redondos con su mano izquierda. Su mano derecha bombeando furiosamente su masculinidad más que amplia. 

Me congelé en seco; mi propia polla inmediatamente saltó hacia adelante causando una gran incomodidad en las costuras. Lentamente me desabroche la camisa y me bajo un poco los pantalones cortos. A través de la tela de mi boxer de algodón blanco, comencé a manipular mi propia erección creciente hasta que ya no pude soportarlo y dejé caer mis pantalones cortos al suelo. 

Mi padre media 1,70 metros y pesaba 80 kilogramos. Tenía unos ojos azules y labios sensuales. Su pecho estaba cubierto de un campo de pelaje grueso y oscuro con solo sus pezones firmes y redondos sobresaliendo. Debajo de la cintura, digamos que desearía que el buen señor hubiera sido ...