Un ladrón en mi casa - Relatos Eróticos

Un ladrón en mi casa

... comenzó a bombearme la concha sin pausa; haciéndome estremecer de placer…“Sabía que iba a gustarte, nena… ahora quiero que me pidas más…”Pero yo me quedé callada, sintiendo esa verga entrar y salir de mi cuerpo.De pronto se salió por completo y pude escuchar su gruesa voz:“No te la meto otra vez hasta que me lo pidas…”Yo no quería quedarme con las ganas; pero mi orgullo me jugó mal y entonces me mantuve callada; si ese turro quería cogerme, iba a hacerlo aunque yo no se lo pidiese.Y así fue. Viendo mi negativa a implorarle por más; el turro finalmente se deslizó otra vez hasta el fondo de mi agradecida concha.Esta vez me bombeó con bronca; hasta que sentí de repente que un orgasmo comenzaba a recorrer mi cuerpo desde la concha hasta la nuca.Verme acabar debió ser demasiado para ese hijo de puta; porque enseguida él también se vació dentro de mi cuerpo…Enseguida se salió y se bajó de la cama.Le pedí que me desatara; todas esas ligaduras ya me dolían mucho.Pero se rió a carcajadas y dijo que iba a dejarme así maniatada; para que mi marido me encontrara al regresar del trabajo.Se lo supliqué; pero fue inútil. Iba a dejarme así atada en mi propia cama.Antes de irse, me dio unas cuantas palmadas ...

... en la cola, para que me quedara bien colorada. Después, sin despedirse, desapareció en silencio.Comencé a desesperarme; me habían robado… hasta un tremendo orgasmo; pero además me habían dejado así maniatada para que mi esposo me encontrara.Tuve suerte: un par de horas después apareció en el dormitorio mi amiga Laura; que había tenido la feliz idea de pasar a visitarme.Ella me desató y yo comencé a frotarme el ardor que me habían dejado las ligaduras. Me desvestí delante de mi amiga para ir a tomar una ducha.Pero entonces Laura se abalanzó sobre mí y me obligó a abrir las piernas.Pronto su experta lengua abrió mis labios vaginales y lamió todo ese semen que había depositado el desconocido en mi concha.Laura me hizo acabar dos veces en su boca; antes de permitirme dar una ducha cálida y relajante.Cuando salí del baño, mi sensual amiga había desaparecido.Me vestí y recorrí toda la casa, buscando lo que se había llevado el ladrón. Todo estaba en su lugar; no faltaba nada.Regresé a mi habitación y me senté en la cama; pensando si todo eso no habría sido un sueño, o una pesadilla que soñé despierta…Pero entonces las manchas de semen sobre las sábanas, me dijeron que había sido todo demasiado real…