Niki, la chica de la lencería
Fecha: 09/11/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... medida que Niki usaba, pues de sus lindos labios escuche: 34B. Me gustó mucho la disposición de ella y de la manera tan libre que conllevaba su asistencia, pero me gustó mucho más cuando llegamos y me mostraba las bragas o calzones de diferentes tipos y me aclaró cosas que yo intuía, pero me pareció tan sensual y delicado como ella me lo expresaba:
- Sabe, si mi novio me regalara bragas, preferiría bikinis regulares, o calzones tipo “hipster” (cacheteros), pues son más cómodos que una tanga. Quizá desde la óptica de un hombre, las tangas le parezcan más atractivas y definitivamente más seductoras, pero en lo particular, a mí las tangas me sientan incomodas.
En seguida me muestra un catálogo de cómo se miran ciertos bikinis y de los mencionados “hipster”, y me muestra las diferentes telas y estilos en cada uno de las pantis mencionados. Para Niki, era tan normal hablar de todo aquello, que no sé si se daba cuenta que ella de alguna manera exponía su intimidad y que por cierto me causó en momentos alguna erección que oculté con la falda de mi traje. Culminó en esta sección diciéndome algo que me hizo imaginar su desnudo y sensual cuerpo:
- Si alguien me regalase una prenda íntima, me gustaría más los hipster. Me parecen más cómodos, no dejan de ser sensuales y creo que también ayuda a la óptica del sexo opuesto, pues realzan el volumen de los glúteos.
Finalmente, después de tomar una docena de calzones de los tres diferentes estilos y cuyos colores fueron escogidos ...
... por esta linda mujer, me ayuda con todo poniéndolo en una cesta y se despide con un apretón de manos y me desea una feliz navidad y suerte por mi supuesta conquista. Salí de aquel lugar pagando un poco más de $450.00 dólares y me fui con la imagen de su lindo rostro y con la fantasía de imaginarla vistiendo todo lo que hoy había comprado.
Caminé algunas tiendas y me introduje en una floristería, donde además de comprar una docena de rosas, les pedí que me envolvieran todo aquello en caja de regalo, no sin antes introducir mi tarjeta de presentación, donde está mi número de celular y que se lo hicieran llegar a Niki, a la tienda de lencería del mismo centro comercial.
Viví por unos días con ese interrogante, de qué pensaría Niki de aquel regalo de un desconocido y que según mí estimado, le llevaba por lo menos unos 20 años de diferencia con su edad. Ella me hizo vivir esa ansiedad, pues le tomó alrededor de diez días para que ella me llamara y cuando lo hizo fue desde un número privado y no fue la recepción que yo esperaba.
- Sr. Zena, agradezco mucho este bonito y sorprendente regalo, pero me temo que no puedo aceptarlo. Las rosas, un bonito detalle y adornaron mi habitación por unos días, mientras decidía si llamarlo para devolverle estas prendas que honestamente, no puedo aceptar.
- Te entiendo Niki, no hay ningún problema. Al menos logré algo que deseaba y era volver a escuchar tu voz. Bueno, si no lo puedes aceptar, ningún problema: se los puedes dar a alguna ...