Niki, la chica de la lencería
Fecha: 09/11/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... dulce voz como la tuya? –le dije.
- ¿Le gustó mi regalo?
- ¡Es un regalo exquisito! –le contesté.
- ¿Acerté en su talla?
- ¡Como toda una profesional en ropa íntima! –ella sonríe.
- Tenga mucho cuidado con mis pantis, no vaya ser que su esposa se los encuentre.
- Descuida, ya te he aclarado que no soy casado.
- Se me hace muy difícil creerle. Un galán como usted que no esté casado, mire que me cuesta creerle.
- ¡Te invito a mi casa! De esa manera saldrías de la duda.
- Me gustaría tomar ese riesgo, pero temo a caer rendida con sus encantos.
- ¿Mis encantos? ¡Por favor Niki!
- Pues mire, aquí me tiene hablando con usted. Créame que me lo he reprimido, pero debo admitirle, que usted me gusta y es por eso que prefiero guardar distancia… no vaya ser…
- ¿No vaya ser qué Niki?
- Le dije que tengo novio y hace unos meses me comprometí con él. ¡Tengo miedo a fallar! ¿Al menos que me acepte como su novia platónica?
- ¿Quieres ser mi novia platónica? ¿Eso es lo que quieres?
- Sí, me gustaría ser su novia platónica. Creo que es lo máximo que puedo llegar con usted. ¿Acepta?
De aquella manera nos envolvimos en una relación apasionada por medio del teléfono y cuya cita habitual eran los días domingos por la noche. Como toda relación de novios, empezamos con esos besos imaginarios hasta llegar a desnudarnos con las descripciones de cada quien. Llegué a simular que me masturbaba por ella mientras hablábamos, cosa que nunca hice, pues eso de ...
... la autosatisfacción no es para mí. Las pláticas eran tan calientes y al otro lado del auricular, escuchaba lo que parecía ser un potente orgasmo de Niki, cuyos gemidos y jadeos me ponían erecta la verga, mientras yo actuaba a la vez con llegar a la eyaculación. La conversación era tan lujuriosa que a veces grabé las llamadas y me gustaba repetir ese escándalo orgásmico de Niki:
- ¿Dónde quieres que te bese?
- El cuello. Bésame el cuello Tony, quiero sentir que tu lengua se desliza desde mi cuello hasta besar mis pezones.
- ¿Lo sientes?
- Si, Tony, que rico siento el calor de tu lengua. Sabes, quiero saborear tu pene, y chuparte los testículos. ¿Quieres?
- Si cariño, quiero sentir mi verga adentro de tu boca, mientras con mis dedos acaricio tu conchita. ¿Sientes mis dedos adentro de tu conchita?
Y de aquella manera jugábamos ese juego que se extendía hasta una hora. Suerte que siempre he tenido a chicas con quien desahogar aquella presión sexual. Regularmente después de aquellas platicas eróticas, tenía que recurrir a llamar a Laura o Diana, con quien hemos tenido una larga relación clandestina, pues estas chicas son casadas. Con Niki tuvimos toda clase de sexo imaginario, lo que me dio a entender que no era una chica con muchas reservaciones, parecía que estaba abierta a experimentar todo. El juego se extendió por meses, pero un buen día le pregunté:
- Niki, ¿de veras me torturaras así todo el tiempo?
- Tony, quedamos en tener una relación platónica. ...