Mi Tio El Ranchero.
Fecha: 29/06/2017,
Categorías:
Gays
Fetichismo
Primera Vez
Autor: Juan_Ivan, Fuente: xHamster
PRIMERA PARTEMi historia es corta pero verídica. Duró sólo un fin de semana. Sucedió hace muchos años, cuando yo tenía 14 años y fui con mi papá al rancho. En el rancho, en la casa grande, vivía sólo mi tío, los empleados trabajaban por jornales, así que siempre estaba solo una vez dada la hora de salida. Llegamos el viernes por noche y al día siguiente salimos a caballo a uno de los clásicos recorridos que acostumbraba mi padre para verificar que el ganado y las cercas estuvieran bien.Creo que antes de continuar debo describir a mi tío. Yo era un niño de 14 años de lo más normal, a excepción de que siempre estuve consciente de mi preferencia por los hombres. En cambio mi tío no tenía nada de normal. Era un hombre de campo, acostumbrado al sol y al trabajo duro, pero con una estructura física de hombre citadino de gimnasio. Muy velludo de pechos y brazos, que era lo único que había podido ver. Tenía en ese entonces como 43 años y vivía solo porque su esposa e hijos permanecieron en la ciudad por motivos familiares. Él necesitaba dinero y aceptó la oferta de mi padre de administrarle los ranchos. Tenía la cara dura, desencajada, no se podía decir que era una mala persona, pero tampoco buena. Lo que yo tenía bien sabido de él es que nunca usaba ropa interior y que siempre dormía en cueros. A cada rato lo mencionaba él mismo, nunca supe porqué.Yo llevaba la emoción de verlo la primera noche a la hora de acostarnos, porque dormiríamos todos en la recámara grande de la casa, pero ...
... como todo niño, el sueño me venció. Ni modo, al día siguiente me dediqué a buscar la oportunidad.Salimos después de terminada la ordeña y como a las dos horas de recorrido y de aburridas plática de adultos, el tío anunció que iba a orinar, pero se tuvo que bajar del caballo para poderlo hacer. Yo detuve mi caballo detrás de él con la certeza de que iba a poder ver algo, pero a la hora de bajar el cierre, el tío se me quedó viendo, sonrió con malicia y me dice: "¡¿Qué tanto ve mijo?!... ¡ándele, adelántese y alcance a su papá!". Pero desde lejos se oyó el grito de mi papá diciendo que no había prisa, que él iba a hacer lo mismo. Así que permanecí montado, pero me moví un poco para no incomodar al tío. Minutos después, mi papá ya había vuelto a montar y esperábamos al otro. Mi papá le preguntó que qué lo detenía y nomás dijo: "¡Este pinche cierre! (cremallera en otros países)... que se me descompuso... bueno, no importa, así más fresco ando". Volvió a montar y a partir de entonces me obsesioné con esa zona del cierre que estaba abierta y sin nada debajo que obstruyera la vista. Llevaba una camisa de trabajo, que aunque la vestía por fuera, no era lo suficientemente larga como para obstruir la vista.Mi tío bajaba del caballo y volvía a montar, según se fueron dando las cosas que íbamos encontrando y yo no perdía oportunidad de mantener la mirada fija ahí, precisamente ahí, pero hasta ese momento, no había tenido éxito, sólo alcanzaba a ver oscuro y nada más. Hasta que en una de ...