1. La putísima madre (capítulo 3)


    Fecha: 12/05/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... imaginar lo que pensaría la gente al verla. Y mi temor se vio confirmado de inmediato. Aunque la playa no estaba tan concurrida, quizá por la hora, sí quedaba alguna que otra familia. Había que ver las caras de sorpresa de padres, madres y niños, y sus bocas abiertas ante los cachetazos al viento que mi vieja les regalaba en cada paso durante el exagerado contoneo de sus caderas, y ante el bamboleo de sus enormes y erguidas tetas, más afuera que adentro de la malla. Estaba prácticamente en bolas delante de la gente. Ella parecía no darse cuenta de nada, o no le importaba, sólo tiró su toalla en la arena y se acostó sobre ella para aprovechar los últimos rayos de sol del día.
    
    Algunas damas, horrorizadas, rápidamente juntaron sus cosas y huyeron despavoridas de la playa llevándose de arrastro a sus esposos e hijos. Yo me metí al agua, quizá un poco avergonzado, y estuve nadando un buen rato. Luego busqué a mi madre en la orilla y allí pude observar la singular y sórdida escena que se había montado en su entorno. Mientras ella tomaba sol acostada boca abajo, el promontorio de carne formado por sus nalgas desnudas resultaba un espectáculo demasiado tentador como para ser desdeñado por los caminantes costeros, quienes detenían su marcha azorados para contemplar el voluptuoso paisaje (debo confesar que ese culote transformado en accidente geográfico también me resultó útil para orientarme en el agua, tomándolo como referencia ineludible).
    
    Unos adolescentes que jugaban al ...
    ... fútbol tiraban a cada rato la pelota cerca de ella para, al ir a buscarla, tener una efímera visión de ese ojete perfecto. No me quiero imaginar la cantidad de pajas que se habrán hecho esos chicos aquella misma noche. También había un grupito de chicas adolescentes de esbeltos cuerpos, escuetos bikinis y una clara intención exhibicionista, que bufaban de impotencia al verse opacadas por una señora que bien podría ser su madre y que estaba más fuerte que todas ellas juntas.
    
    Pronto pude comprobar que había más gente orbitando alrededor de mi vieja que en el resto de la playa. En dicho contexto, se destacaba la presencia de una pareja joven. Ella embarazada. Ambos habían llegado caminando por la orilla y cuando vieron a mi madre no pudieron evitar acercarse a mirar. Tomados de la mano, le miraron el orto durante largos minutos como quien admira una obra de arte en un museo. Luego la chica sacó una cámara de su bolso y, sin ningún reparo, le tomó fotos desde todos los ángulos posibles. Este hecho animó a unos cuantos de los fisgones presentes, que no dudaron en imitarla, procediendo a inmortalizar en imágenes el hermoso culote de aquella misteriosa mujer tumbada en la arena. Esto incluyó a las chicas de aquel grupito frívolo. Las envidiosas pendejas, totalmente consternadas, accionaban como locas el disparador de sus cámaras, como no pudiendo creer que alguien de la edad de mi madre pudiera tener un culo así. Pronto la escena parecía una sesión de fotos digna de la alfombra roja ...
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