La putísima madre (capítulo 3)
Fecha: 12/05/2021,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos
... arrodilló frente a mí y me chupó la pija con maestría, como queriendo lubricarla bien para lo que estaba a punto de ocurrir, que era lo que yo tanto había estado esperando.
Cuando lo comprendí, me incorporé de un brinco, la puse en cuatro de rodillas sobre el sofá y, sin más dilación –ni dilatación–, le enterré la pija en el orto. La enculé sin miramientos. ¡Qué lindo que fue sentir esa carne apretadita estrechándome la verga! Ella hizo un leve gesto de dolor, que pronto fue sustituido por otros que testimoniaban el enorme placer que comenzaba a recibir.
A medida que su ojete se fue adaptando a mi pedazo, la fui bombeando cada vez con más fuerza hasta llegar a un ritmo vertiginoso. Yo le daba duro por detrás mientras la jalaba fuerte de su coleta. Mi miembro entraba y salía de su culo a gran velocidad mientras ella se masajeaba el clítoris con exaltación y me confesaba que era la primera vez que le daban por el orto (no parecía). ¡Como gozaba la yegua! Yo, cada tanto, le daba fuertes cachetazos en las nalgas y me deshacía en elogios:
—Qué culo que tenés hija de puta.
Ella gemía tratando de no hacer mucho escándalo, pero el galopante sonido producto del choque de sus nalgas contra mi bajo vientre resultaba demasiado elocuente. Sin embargo, la posibilidad de ser descubiertos no amainó la intensidad de la culeada. Estábamos demasiado calientes como para detenernos, así que seguimos dándonos bomba en un trance desenfrenado. Ni en mis mejores sueños me había visto ...
... culeándome a mi vieja de esa manera. Estaba realmente fascinado.
—Creí escucharte decir que estabas cansada –le susurré al oído mientras le serruchaba el ojete sin piedad.
—Para vos no, papito –me respondió multiplicando su cara de putita viciosa y recorriendo con su lengua toda la longitud de su labio superior.
—Pero sos malvada ¿cómo vas a dormir así: con esa tanguita y ese culazo al aire, lo querés matar al hombre? Encima se lo negás –le dije aumentando la velocidad del mete y saca.
—Que se vaya acostumbrando, a partir de ahora este culazo es sólo para mi bebé –me dijo intensificando sus embestidas hacia atrás.
Sus palabras me calentaron hasta el extremo, y justo cuando uno de mis bombazos le inundaba el orto de leche, escuchamos la voz de mi viejo llamándola.
—¡Estoy tomando agua querido, ya vuelvo a la cama! –respondió mi madre con total naturalidad, sin dejar de arremeter su arrecho culo contra mi pija recién exprimida.
Luego de la incestuosa sesión de sexo anal la acompañé hasta la puerta de su cuarto. Allí nos dimos un enorme beso de lengua que rubricó el maravilloso encuentro. Ella entró a la habitación y se acostó al lado de mi viejo con el culo sucio de leche: no se limpió la muy cerda, sólo se incrustó la tanga hasta el fondo del orto y se echó a dormir complacida.
Apenas pude dormir esa noche debido a la sobreexcitación que tenía. Quería más de ese culo. Me levanté temprano y, al sentir voces que venían de la habitación de mis padres, me mandé ...