1. Descubre que es un objeto de placer para los otros


    Fecha: 27/04/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: atilale1, Fuente: RelatosEróticos

    ... con su cadera. Ella intentó sacársela de la garganta para poder respirar, pero era demasiado fuerte. Pasó lo que le pareció una eternidad. Le ardían los pulmones y, de repente, se retiró. Por fin el aire entro en ella. Tosió y escupió, se atraganto con la leche que al respirar tan brutalmente le llegó a los bronquios.
    
    Se dio cuenta que ya había cambiado el que le follaba el coño. Se había corrido tan rápidamente que ella no se dio cuenta.
    
    Ya le estaban agarrando la cabeza otra vez. Ya tenía la boca llena.
    
    Notaba como la tocaban por todas partes sin miramiento, pellizcando sus pezones, sus tetas, sus piernas. De tanto en tanto, notaba como la azotaban por alguna parte de su cuerpo. Lo peor era cuando lo hacían sobre sus pezones.
    
    De repente, vio como uno que se estaba haciendo una paja se corría sobre sus tetas. Otro lo sustituyo y se corrió sobre su cara.
    
    - Me tratan como una perra, usándome para correrse, para tener placer… pensó ella.
    
    De repente sintió una contracción en su coño. Su celebró se encendió. La contracción se repitió, provocando una hola de placer que se expandió por todo su cuerpo.
    
    Gimió de placer. Las contracciones de su coño no paraban, su cabeza iba a estallar, gritaba tan fuerte como podía a pesar de la polla que le follaba la boca. Empezó a chuparla.
    
    - Se esta corriendo la puta, dijo uno de ellos.
    
    El que estaba en su boca se la sacó y empezó a pajearse.
    
    - Abre la boca que te lo eche todo, le dijo.
    
    Ella abrió y él vació sus ...
    ... cojones en su cara y en su boca. Cuando estuvo vacío, se la metió otra vez en la boca y ella la chupó con ganas.
    
    El que tenía en su coño hizo lo mismo, se la sacó y se corrió sobre su vientre y sus tetas.
    
    - Joder, tíos, la habéis dejado totalmente pringada… dijo uno.
    
    - No pasa nada, dijo otro, tirando de ella para levantarla.
    
    La acercó a la valla y cogió la manguera que estaba por el suelo. La encendió y empezó lavarla.
    
    El agua estaba helada y le cortó la respiración cuando tocó su cuerpo. La manguera tenía una pistola que permitía regular el tipo de caño y el que la limpiaba puso el más fuerte. Era como un latigazo sobre su piel. Él apuntó a la cara y ella se la tapó con las manos.
    
    - Aprovecha para lavártela, puta.
    
    Y así lo hizo. Después, los hombres intercambiaron unas miradas y dos de ellos fueron a cogerle las manos para que no se pudiera tapar. El látigo de agua vino a sus pechos, a sus pezones. El dolor era insoportable. Pasaba de un pezón al otro, parándose en cada uno bastante tiempo.
    
    Después, bajaron a su vientre, y a su coño. Los que le mantenían las manos la tumbaron y le abrieron las piernas. Su clítoris recibió el caño de agua directamente. Fue un estallido de dolor. El caño empezó a bajar, abriendo con una fuerza desgarradora sus labios, los grandes y los pequeños. El agua empezó a entrar en su vagina con la fuerza de una polla que no tendría final. Ella empezó a gritar de placer. Era a la vez doloroso y placentero. El caño volvió a su ...