Visita a los aseos públicos de Fernández Latorre
Fecha: 28/03/2021,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
... de mi culo, hasta que dejó que pudiera apoyar los pies al suelo. ¡Ohhh maricón! ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto me has dado! Me decía mordiéndome la nuca y orejas.
Una vez recuperamos la respiración y aliento, me dio la vuelta llevando su boca a la mía, y después de besarme y morrearme metiéndome mano acariciándome los huevos y polla, me dijo que yo estaba muy bueno y que a él le había gustado mucho haberme dado por el culo, y que, si yo quería y me había gustado, podíamos repetir aquello otro día.
Le dije que bueno, que a mí también me había gustado, y mientras me vestía esperándome él a que lo hiciera, salimos de aquellos aseos públicos, invitándome a beber algo en uno de los bares de aquella calle.
Entramos en el bar Arpa que está enfrente a los aseos, y bebiendo unas cervezas, me apuntó en un papel su nombre, dirección y teléfono. Lo guardé en el bolsillo, y después de decirle como me llamaba, nos despedimos quedando yo de llamarlo el próximo sábado por la mañana, o si lo prefería, el viernes por la tarde, y quedar para repetir aquello, pero esta vez sería en su casa.
Salí del bar ...
... encaminándome para comer en mi casa, e iba con la cara de satisfacción, feliz, el culo relajado y abierto y bien preñadito de semen, y con una cita casi segura para el próximo fin de semana, donde prometían darme por el culo abriéndolo y preñándomelo de semen.
Definitivamente esa mañana me habían follado 3 tíos, primero el viejo que desde los aseos de la estación de ferrocarril me había llevado a su casa, y me había metido en el culo aquella polla que me había dejado hipnotizado. El hijo de puta del maricón, que la única palabra que me dijo fue que me diera la vuelta, dejándome allí tirado, después de correrse dentro de mi culo. Y por último aquel maduro que aprovechó la ocasión, cuando me vio con el slip y pantalón sobre los tobillos, sin camiseta, y con el culo abierto y recién preñado por el hijo de puta del maricón, que me había dejado allí tirado.
Me había levantado bien caliente y excitado aquella mañana, pero ahora iba a comer bien pero que bien relajado, la calentura aplacada, el culito bien abierto y preñado. Hay días que empiezan bien, y terminan estupendamente.
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