1. NUESTRO VIAJE MÁS PLACENTERO


    Fecha: 05/03/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Apenas llevábamos un mes de relación, si bien los dos teníamos la sensación de que había pasado más tiempo, como si ya nos conociéramos con anterioridad; realmente esa sensación nos gustaba, porque la relacionábamos con una clara muestra de que las cosas iban realmente bien. La verdad es que, en ese tiempo, nuestra vida sexual había sido muy activa, incluso a veces bromeábamos sobre la necesidad de buscarnos en todo momento, de abrazarnos, besarnos…, lo que en la mayoría de las ocasiones derivaba en el deseo mutuo de desnudarnos y sumergirnos en un mar de caricias. En el terreno sexual, ambos somos muy abiertos, con gran predisposición a disfrutar del otro sin límites; nuestros encuentros representaban una verdadera batalla en la que las únicas armas que causaban dulces heridas sobre los cuerpos eran los besos y las caricias, y en la que ambos disfrutábamos por momentos de la sensación de hacerse con el poder.
    
    Para celebrar nuestro primer mes, decidimos irnos a pasar el fin de semana a otra ciudad; la posibilidad de estar en otro lugar nos situaba ante un amplio abanico de posibilidades, solamente pensar en la estancia en una agradable habitación de hotel dotada de una cama de gran tamaño y reluciente blancura, excitaba sobremanera nuestra imaginación; durante casi todo el fin de semana estuvimos entregados al placer, inmersos en continuas batallas de muy diferente graduación: en ocasiones nos gustaba experimentar la sensación de dejar en el otro la responsabilidad de ...
    ... conducirnos hacia el cielo, lo que por ejemplo se solía traducir en prolongados masajes que incidían en todos y cada uno de los puntos y recovecos del cuerpo; otras veces, nuestros cuerpos se movían de tal forma que finalmente caíamos totalmente rendidos sobre la cama, extasiados y con la sensación de que el corazón nos iba a estallar…
    
    La llegada de la tarde del domingo parecía representar el final de la lujuria y el desenfreno, y la necesidad de tomarnos un descanso; la verdad es que nuestros cuerpos acusaban ya el trote al que habían sido sometidos. Los dos nos sentíamos felices, privilegiados por haber podido disfrutar de nuestro amor en su mayor expresión. A media tarde debíamos coger el autobús que nos llevaría de vuelta a nuestro lugar de residencia, no se trataba de un viaje demasiado largo, pero por lo menos podríamos descansar un poco durante el trayecto. La verdad es que hacía un tiempo estupendo, por lo que ella se animó a vestirse con una vaporosa falda que le gustaba especialmente; ella era tremendamente sensual, y le gustaba pronunciar ese aspecto, se sentía bien así y comprobar también que yo era capaz de percibir su sensualidad. Sin embargo, a pesar del buen tiempo, la temperatura del mes de marzo provocó que ella debiese ponerse medias por debajo de la falda, unas medias negras que estilizaban todavía más sus largas piernas. Completó su vestimenta con una bonita blusa blanca, con un no demasiado pronunciado escote, y una fina chaqueta de lana.
    
    Cuando ...
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