Eran las once de la mañana y decidí darme un descanso en mi reparto de curriculums, así que entré en una cafetería. Tuve suerte porque solo había una mesa libre. Me senté y me pedí un café. El camarero fue bastante simpático, como el resto de la gente de la ciudad. Eso hacía no sentirme una extraña y poder adaptarme bien.
En cuanto llegó mi café se sentó una chica a mi lado: “¿podemos compartir mesa? Es que no hay ni una libre, ni tampoco sillas en la barra”. Me sorprendí, eso en mi ciudad no pasa; pero la gente es tan simpática aquí que me pareció que podía ser normal así que la sonreí y le dije que sí.
- cuanto te lo agradezco. La verdad es que con estos tacones prefiero estar sentada.
- Nada, nada. No te preocupes. Además estaba sola.
- Je, je. Perfecto entonces. (camarero! Otro café, por favor). Están buenísimos aquí, preparan deliciosos cafés. Pero los hombres son un poco plastas. Si le llego a pedir un hombre que me deje sentar en su mesa ya me estaría tirando los trastos.
- Jajaja. Sí, algunos son bastante lanzados. Pero oye, ten cuidado, que igual una mujer también puede tirártelos.
- Cierto. Pero pocas veces me ha ocurrido. Siempre me toca dar a mi el primer paso.
Esto último me lo dijo con un guiño y un leve roce en mi mano. Yo no pretendía para nada insinuarle nada con mi comentario. Simplemente pasó por mi cabeza “cuidado guapísima, que también hay lesbianas por el mundo” pero sin segundas intenciones. La verdad es que estaba demasiado ...
... cansada para pensar en ligar, pero parecía que se daba la oportunidad. Me quedé un poco ensimismada porque estaba corta de reflejos. Además me hipnotizaron sus labios carnosos.
- perdona, con tu comentario… pensé que… lo siento si te he incomodado ( y se disponía a levantarse)
- eh, no, no. Tranquila. (y la tomé del brazo. Al instante me sonrió, con una sonrisa preciosa, que casi me vuelve a dejar como en la luna). Siéntate mujer. No vas a tomarte ese café de pie.
- Gracias. (y me acarició la pierna. Inmediatamente me entró un escalofrío)
- De nada.
- Entonces no interpreté mal tu comentario (mantenía su mano en mi pierna)
- Eh bueno si.. no…quiero decir
Y otra sonrisa y su mano comenzó a subir ¿qué, qué querías decir?
Me estaba poniendo un pelín nerviosa. Ese bombón y yo con la pinta de andar para arriba y para abajo. Ups… ahí abajo… se está acercando…
- pues bueno, sí soy lesbiana (mientras le agarro de la mano para que no siga), pero la verdad es que no estaba insinuándome
- ¿ah no? (uff, qué sensual es su voz) qué pena, porque creo que eres preciosa. (suelta mi mano y se roza leve y disimuladamente su pecho)
- eh… bueno, gracias jeje (madre mía que ridículo estoy haciendo. Parezco una quinceañera). La verdad es que tú también eres muy guapa. Lo que pasa es que estoy un poco cansada y no había pensado en…
- ¿cansada ya? ¿tan pronto?
- bueno, es que llevo dos horas repartiendo curriculums, he madrugado y no he dormido muy bien. Eso de no ...