Ana - Cómo perdí mi virginidad.
Fecha: 20/01/2021,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Little Sex Warr, Fuente: CuentoRelatos
... ambos, con Ricardo por abusar de la situación y permitir que un amigo me viera en esas condiciones, y a mí por no ser consciente de que ya no era una niña y que si quería dormir en la tarde, debería hacerlo encerrada en mi recamara y ser yo quien me despertara por mí misma.
Pensar en esto, la verdad es que me excitaba más de lo que me molestaba, estaba en la edad plena de la adolescencia y la locura de las hormonas. Mi cuerpo y mi mente pedían vehementemente mayor actividad sexual. Obedeciendo a mi madre a medias, empecé a dormir en mi recamara pero evite encerrarme en ella, procuraba taparme con una sábana para evitar enseñar de más, pero siempre despertaba sin ella. Mi hermano seguía visitándome y en más de una ocasión lo descubrí jugando con su pene, sin dejar de observarme. Esto me enloquecía y hubiese querido tomar la iniciativa para sobarle aquello, pero me detenía al pensar lo que pudiera pasar. Lo que nunca espere, fue que mi hermano se pusiera de acuerdo con Saúl, para lo que iba a pasar.
Estaba yo totalmente dormida, cuando sentí las caricias de unas manos sobre todo el largo de mis piernas y hasta mis nalguitas, lo primero que pensé, fue que por fin Ricardo había tomado de nuevo valor para toquetearme, y no solamente eso, sino que estaba acostado a mis espaldas pegándoseme totalmente. Fingiendo que dormía y excitada por las sobadas de la que era objeto, me anime a repegar todavía más mi cuerpo al de él, y buscar su pene con una de mis manos, empecé a ser ...
... consiente del gusto que me ocasionaba todo eso, al sentir una humedad jamás sentida entre mis piernas. Mi sorpresa fue mayúscula, cuando la mano que baje buscando su pene, sintió que mi compañero estaba totalmente desnudo y que su falo se encontraba totalmente erecto. “Vaya atrevimiento de mi hermano” – pensé – pero mientras yo estuviera vestida, nada sucedería. Así que empecé a sobar su herramienta y a moverme coquetamente para excitarlo más todavía.
Mi compañero, al ver disposición de mi parte, paso su brazo bajo mi cuello e inicio a magrearme mis pequeñísimos senos, que para ese momento, parecerían más grandes al brincarme mis tetitas, mientras con la otra mano empezó a sobarme ricamente mi húmeda conchita sobre mis calzones. Su boca y su lengua empezaron a jugar con mi oído, lo que todavía me prendió mucho más, la situación ya era muy caliente y comprometedora, por una parte, deseaba seguir con el juego hasta donde acabara, por otra parte, era consiente que tenía que detenerlo. Cuando le pedí que parara, me di cuenta de que mi compañero no era quien yo pensaba, Saúl, aprovecho que gire la cabeza, para plantarme un beso en la boca y buscar con su lengua la mía, trate en vano se separarme de él, su fuerte abrazo detenía mi cuerpo, y la mano que hurgaba sobre mis calzones, empezó a buscar bajo de ellos, creyendo que la humedad de mi sexo, le autorizaba el paso.
Yo trataba con todas mis fuerzas de separarlo, al tiempo que le suplicaba me dejara en paz, pero eso parecía ...