Viaje de placer en el Caribe (CAP. VI)
Fecha: 24/10/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos
... conseguía meterla en mi vagina y montada encima, con movimientos sensuales y cadenciosos, llegaba a nuevos orgasmos y notar como fluían las gotitas de semen tras la eyaculación imperfecta de la verga de Mario.
El hecho de preferir la cama de un anciano, al que me entregaba en la noche a sus caprichos y deseos sexuales, era suficiente humillación para mi marido. El siguiente paso para que asumiera sus cuernos, era coquetear con otros hombres en su presencia, me mostraba coqueta con ellos, seductora, sexi y les permitía confianzas impropias de una casada, dejándome acariciar y tocar. Eso les excitaba mientras mi marido tenía que observar en silencio con cara de disgusto. Solo quedaba, para su adaptación a cornudo consentido, me viera coger con otros hombres. Eso no tardaría en ocurrir.
Mario había anunciado preparaba una fiesta para mi despedida. Eran famosas sus fiestas que siempre terminaban en orgías, los más recatados y de costumbres más rancias, solían permanecer solo el tiempo preciso para corresponder a la invitación del anfitrión, despidiéndose antes de la media noche, pero la mayoría se quedaban disfrutando de la fiesta que duraba hasta el amanecer. Se había montado una gran carpa donde se serviría comida y bebida abundante durante toda la noche y la música amenizaría la fiesta hasta que el cuerpo del mas trasnochador aguantara. En el jardín se habían instalado una especie de canapés gigantes con colchones con capacidad al menos para tres parejas en cada uno, ...
... donde poder practicar intercambios y juegos sexuales. Estaban distribuidos de forma adecuada para que las parejas refocilaran a sus anchas y ser contempladas por los curiosos asistentes a la fiesta.
Los invitados fueron llegando, no era fiesta de gala, así que, aunque elegantemente vestidos iban con ropas cómodas y las mujeres sexis y atrevidas. Conocía a bastantes de los asistentes de otros eventos y fiestas de sociedad. Llegaron algunas damas conocidas, que se tenía por señoras decentes y siempre me había mirado con desprecio, eran las que me conocían como la "puta de D Mario". Todas ellas iban provocativas, lo que hacía entender venían con intención de probar vergas desconocidas que les dieran más placer que las de sus maridos. Algunos de estos habían compartido mi cama y me saludaron atentos y cariñosos contrariando a sus zorras esposas.
Avanzada la noche había tomado bastante alcohol y bailado con numerosos hombres que me habían tocado y rozado con sus vergas paradas aprovechando el ritmo de la música. Mi marido andaba con una damisela, que conocedora de que me había acostado con su marido, quería vengarse chingando con el mío. Los vi besarse y meterse mano y finalmente vi como la zorra se la sacaba para mamársela. Lo llevó hasta una de las camas donde chingaban dos parejas y poniéndose en cuatro hizo que mi marido se la clavara mientras mamaba la polla de otro tío que le comía el coño a una guarrilla que tenía sentada en su boca. Viendo la escena, arrastré al hombre ...