Viaje de placer en el Caribe (CAP. VI)
Fecha: 24/10/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos
Fui a recibir a mi marido al aeropuerto, lo saludé cariñosa pensando en su cornamenta inmerecida, aunque no me sentía nada culpable. Suponía que no tardaría en que alguno de los que me habían follado le contaría la clase de puta que era y así ocurrió. Uno de sus clientes de avanzada edad, con el que había practicado aberraciones sexuales, sin saber que era su mujer, le comentó lo caliente y chingona que era la nueva compañera de D Mario, detallando como me había sometido sexualmente y animándole me probara.
Cuando en la noche nos acostamos empezó a follarme con rabia, me extrañó su comportamiento, no era propio de él, pero me gustaba como me lo hacía. Mientras me la metía con fuerza, empezó a preguntarme si así me follaban mis amantes, quería conocer si me gustaban cada una de las desviaciones sexuales que su cliente me había practicado, entonces supe estaba enterado de todo y le contestaba con naturalidad que sí, que me habían dado mucho placer y que me gustaba también como él me follaba.
"Dame tu culo, puta, te lo voy a destrozar"
"Si amor, destrózamelo, dame duro, aaaag si rico sigue cabrón"
"Joder zorra que ojete más grande te han abierto, cuántas vergas te han metido en estos dos meses"
"Muchas, amor y todas sabrosas y gruesas, algunas morenas. Quiero que tu también lo disfrutes"
Se había obsesionado con saber cómo me follaban, que posturas me pedían, las desviaciones que practicaba y sobre todo si me hacían disfrutar más que él. Empezaban a ser ...
... insoportables las preguntas y su necesidad de conocer mis secretos sexuales más íntimos. Le planteé la necesidad de que asumiera su condición de cornudo de forma natural, sería la única forma de seguir con él y además podría disfrutar admitiendo que su mujer gozaba más con otras vergas más grandes y gruesas. Después de mi nueva forma de entender el erotismo y mi sexualidad, gracias a D Mario, ya no renunciaría a tener sexo cuando surgiera algo diferente que descubrir. Para empezar a enseñarle a ser cornudo, las pocas noches que aún quedaban hasta mi regreso a España, las pasaría en la cama con Mario, así sería consciente que prefería acostarme con un anciano que me proporcionaba un placer distinto, más íntimo y profundo, mientras él dormía en la habitación contigua escuchando mis gemidos y gritos de placer.
Mario me proporcionaba sensaciones, sosiego, orgasmos impensables. Con él había sentido vibraciones hasta entonces desconocidas y orgasmos incontrolados que me llevaban a perder el sentido. Soy clitoriana, con una pipa algo grandecita que me proporciona especial placer. Mario sabía dármelo con su experiencia, encontrando mi punto G con su lengua maravillosa. Me hacía estremecer, vibrar, sacarme orgasmos seguidos hasta la inconsciencia. Le correspondía acariciando su verga flácida y mamándola poniendo mi experiencia en conseguir aumentara su tamaño de forma considerable hasta ponerla morcillona. En ese estado, con mi panocha bien mojada y dilatada después de varios orgasmos, ...