Esto no está bien, papi. Pero quiero que me penetres
Fecha: 26/06/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... excitación me llevó a usar todo el peso de mi cuerpo para hacer más profunda la penetración y comencé a mover mi cadera en todas las direcciones posibles, sintiendo cómo llenaba mi cavidad la gruesa y larga verga que me había procreado.
Estuve cabalgando sobre el miembro de mi papá por un rato, luego, acomodé mis piernas al rededor de su cadera, y me aferré a mi padre con brazos y piernas mientras su verga me llegaba hasta el fondo en cada movimiento que hacía con mi cadera; levanté la vista y nos vi reflejados en el espejo de mi tocador, yo montada sobre sus piernas, con la cara roja de placer jadeando con fuerza y gimiendo dulcemente mientras la polla de mi papá se abría paso entre las estrechas paredes de mi vagina. Un poco después, mi papá, que me tenía abrazada mientras disfrutaba de mi, me giró sin sacar su verga de mi coño, hasta dejarme recostada sobre mi espalda en la cama y colocarse sobre mi apoyando sus rodillas en el borde de la cama, para luego, separar su torso de mi busto. Subí las piernas hasta tener mis rodillas flexionadas a cada lado de mi cintura; luego mi papá me tomó por los tobillos y me hizo abrir el compás de mi cadera haciendo que mis piernas quedaran bien estiradas, para después comenzar a cogerme con toda su fuerza, dándome mucho placer al meterme su verga bien hasta el fondo de mi cavidad en cada penetración. Volteamos al espejo y nos contemplamos ahí, mi papá hincado en la cama, masacrando mi vagina mientras mis piernas, que lucían ...
... deliciosas en las medias negras de red estaban bien estiradas a cada costado. La imagen me excitó mucho más y mis manos reaccionaron a mi calentura dirigiéndose hacia mi vagina para con una mano sentir el enorme pito de mi papá entrando y saliendo de mi húmeda vagina, y con la otra, estimular mi muy sensible clítoris. En esa posición solo sentía la verga de mi papá mientras me cogía y mis dedos en mi clítoris y concentrada en esas riquísimas percepciones, empecé a sentir cómo me acercaba al clímax y luego de unas cuantas embestidas del fierro de mi papá en mi estrecha cavidad, mis ojos se giraron involuntariamente hacia arriba y me vine entre gemiditos y fortísimos espasmos que me hacían temblar las piernas y levantar la cadera para recibir más verga en mi interior. Cuando recobré la conciencia sobre mi cuerpo, noté que mi papá estaba por venirse también, así que apreté con fuerza las paredes de mi canal vaginal, desatando el placer de mi papá, que me penetraba frenéticamente, haciendo que me doliera riquísimo el coño -Me duele, papi, la tienes muy dura- Le dije gimiendo. -Me vengo, Candy, apriétame rico, que vas a hacer que me venga-. Yo obedecí y estreché mi vagina para satisfacer a mi papá. Un instante después, sentí su tibio semen llenando el condón dentro de mi y cómo los movimientos de su cadera comenzaban a ceder poco a poco hasta detenerse.
Fue una experiencia riquísima satisfacer el deseo de mi papá, y claro, también el deseo que yo sentía por él. Cuando terminamos nuestro ...